Durante el segundo trimestre de 2024, los ciberataques a nivel global experimentaron un aumento del 30%, según un informe de Check Point Research. En Chile, el número de intentos de ataque casi se cuadruplicó en marzo, posicionando al país como uno de los más vulnerables en el hemisferio occidental, de acuerdo con el Centro Nacional de Ciberseguridad (CSIRT).
Las industrias más afectadas incluyen la educación, el gobierno y la salud, enfrentando desde la interrupción de servicios esenciales hasta el robo de datos confidenciales. Este escenario refleja una preocupante tendencia hacia la sofisticación de las amenazas digitales.
El informe de Check Point Research también destaca que el sector educación/investigación ha experimentado un incremento del 53% en ataques, mientras que el gobierno/militar enfrenta 2.084 ataques por semana. En América Latina, los ciberataques han aumentado un 53% interanual, subrayando la necesidad urgente de fortalecer las defensas cibernéticas en la región. La reciente Ley Marco de Ciberseguridad en Chile es un paso significativo, pero aún quedan grandes desafíos por enfrentar, especialmente en términos de educación y concienciación tanto para la ciudadanía como para las empresas.
En nuestro rol de consultores, creemos firmemente que la ciberseguridad debe integrarse desde el inicio en cualquier proceso de transformación digital. La colaboración entre los líderes empresariales y los responsables de seguridad es fundamental para identificar y mitigar riesgos antes de que se conviertan en crisis incontrolables. La incorporación temprana de CISO y la adopción de arquitecturas de Zero Trust son esenciales para proteger los datos críticos y garantizar el éxito de las estrategias digitales.
Además, las organizaciones deben adoptar una postura proactiva, implementando medidas como la segmentación de redes, la gestión de vulnerabilidades y la planificación de respuesta a incidentes. Estas acciones no solo protegen los activos empresariales, sino que también fortalecen la reputación y la confianza del público en la marca. La inversión en seguridad es, en realidad, una inversión en innovación y crecimiento sostenible.
Las empresas deben entender que la ciberseguridad no es solo una cuestión técnica, sino un desafío cultural que requiere un cambio de mentalidad. Al adoptar una cultura de seguridad y preparar a sus equipos para los cambios, las organizaciones pueden avanzar con confianza en su transformación digital y enfrentar con éxito el panorama cambiante de las ciberamenazas.