En un mundo convulso tras la conclusión de la Primera Guerra Mundial a finales de la década anterior y grandes cambios geopolíticos con la desaparición de algunos imperios, los años 20 vieron el hito del primer vuelo transatlántico sin escalas por parte de Charles Lindbergh (en 1927) y se cerraron con el crac del 29.
1924: nace la CTNE
En 1924 nace Telefónica con el nombre de Compañía Telefónica Nacional de España, una empresa que surge con un capital de un millón de pesetas.
La telefonía tenía ya varias décadas cuando Telefónica comienza su actividad con la apuesta por organizar en España el que por entonces era un servicio revolucionario: hablar a distancia.
Ya ese mismo año, el cable submarino que unía Algeciras y Ceuta permitía comunicarse con Tetuán durante la Guerra de Marruecos.
El primer presidente de la compañía fue Estanislao de Urquijo y Ussía, quien permanecería en el cargo durante 21 años.
1925: salvar la lotería
En 1925 la compañía sigue creciendo y funda la Escuela de Formación Técnica, cantera de instaladores y empalmadores que ayudaron a otras empresas internacionales en sus operaciones.
En este mismo año, la CTNE continúa con su extensión y modernización del servicio, concretamente con cables subterráneos: la primera instalación bajo tierra se produce en El Escorial.
Como curiosidad, la noche previa al sorteo de la Lotería de Navidad una tormenta provocó que la red de telecomunicaciones dejara de funcionar. Sin embargo, y tras trabajar durante toda la noche, los técnicos de la compañía consiguieron restablecer el servicio y el evento pudo retransmitirse sin inconvenientes.
1926: primeros 100.000 aparatos
1926 es el año en el que la compañía instala sus primeros 100.000 aparatos en servicio, con el foco puesto en el desarrollo de infraestructuras, redes, circuitos o centrales.
En ese mismo año se introdujo el servicio automático, algo muy relevante para el desarrollo del servicio telefónico al proporcionar comunicaciones más rápidas y fiables. Santander se convirtió en la primera ciudad que introdujo la automatización del servicio telefónico.
La comunicación con países vecinos también era una prioridad por entonces: en 1926 Telefónica extiende las comunicaciones hasta Burdeos y París.
1927: 840.000 comunicaciones diarias
Telefónica continúa con su consolidación en 1927, año en el que se producen 840.000 comunicaciones diarias operadas por casi 3.000 empleados en 1.505 centrales y con un servicio que implicaba una o más relaciones directas entre operadora y abonado.
En ese mismo año el rey Alfonso XIII pulsa el botón para que entre en funcionamiento la nueva fábrica Standard Eléctrica de Maliaño (Cantabria), cuya actividad sirvió como palanca para impulsar el despliegue de las comunicaciones de calidad en España.
1928: primera llamada al otro lado del Atlántico
Uno de los grandes hitos de la década se dio en 1928, concretamente el 13 de octubre: Alfonso XIII y el presidente de Estados Unidos, Calvin Coolidge inauguran el servicio entre este país y España.
Tal y como está recogido en nuestra web del centenario, “es la primera comunicación telefónica trasatlántica que utilizó todas las técnicas de transmisión posibles en el momento: hilo aéreo de cobre entre Madrid y Zaragoza, empleando la frecuencia ordinaria de la voz humana, para continuar hasta Versalles con alta frecuencia, y de allí hasta Boulogne por cable terrestre y cruzar el canal de la Mancha conectando con Londres. Ya desde Rugby en Reino Unido se emitió la voz por radio a través del Atlántico, que se recibió en la costa de Canadá y se transportó por cable hasta Washington”.
También en 1928 se instala el primer teléfono público previo pago, concretamente en el Viena Park del madrileño parque del Retiro. Esta es pues la primera de las casi 100.000 cabinas y teléfonos públicos que serían parte del paisaje urbano en España durante prácticamente un siglo.
1929: el emblemático edificio de Gran Vía 28 abre sus puertas
La sede más emblemática y reconocible de Telefónica es el edificio de la Gran Vía de Madrid, cuyas puertas se abrieron en julio de 1929 .
Con sus 90 metros de altura fue el edificio más alto de Europa al inaugurarse y, durante un cuarto de siglo, el más alto de Madrid. Diseñado por el arquitecto Ignacio de Cárdenas, Gran Vía 28 supone una de las joyas de la arquitectura de principios del siglo XX con un cambio revolucionario: por primera vez en España su utilizó una estructura metálica y se empleó de manera pionera una estructura interna de hierro forjado.
Unos meses antes, concretamente en febrero, la prensa de la época recogía la noticia de que España era la nación europea con mayor porcentaje de líneas y teléfonos automáticos en su red, por encima de Francia y Alemania.