Por Sofía Arrigoni Quintela, Gerente General en Arrigoni Ambiental y Proindar.
El estudio “Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena 2023-2032”, realizado por la Alianza Consejo de Competencias Mineras-Eleva, anunció que hacia el año 2032 el sector minero requerirá 34 mil nuevos trabajadores, un tercio más de lo que el mercado proyectaba hace tres años.
La necesidad —que surge tras nuevos proyectos y el retiro de trabajadores a punto de jubilarse— resulta una gran oportunidad para que más mujeres ingresen a este capital humano; según el último informe de la Comisión Chilena del Cobre, Cochilco, “Representación de la mujer en el sector minero en Chile”, en nuestro país la participación femenina (14,8% en 2022) continúa siendo baja en relación con otros países referentes en esta industria.
Sin embargo, en el mismo informe, Cochilco también indica que el porcentaje de ocupación femenina en la minería aumentó dos puntos respecto al año anterior (2021). Un síntoma positivo y que con el tiempo debería ir en ascenso. Por tal razón, son fundamentales estos ejes corporativos: prácticas inclusivas y mayores incentivos para la flexibilidad laboral y la conciliación familiar.
Más mujeres en minería son buenas noticias; sobre todo en un momento en que la industria trabaja por la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente. En esta transición ecológica, las mujeres tenemos mucho que aportar; una minería verde también depende de nosotras; trabajadoras y profesionales con talento, visión y criterio en favor de negocios sostenibles que generen impactos favorables en ciudades, comunidades y empresas.