Quizás el mercado de la tecnología nunca haya visto una evolución tan rápida, como la vivida en los últimos 3 años, impulsada por una pandemia global que llegó para ajustar los procesos de todas las industrias.
En menos de un año, pasamos del potencial revolucionario de Open-RAN, en conjunto con la infraestructura 5G y la edge computing, a comprender cómo la inteligencia artificial, el machine learning y la hiperautomatización pueden aprovechar los procesos en un abrir y cerrar de ojos. Al mismo tiempo, nuevas políticas y prácticas sociales han cambiado la cultura de las organizaciones en todo el mundo.
La llegada de innovaciones más robustas y dinámicas más ágiles hizo que los tomadores de decisiones se cuestionaran sobre cuáles deberían ser sus prioridades. El tiempo, junto a los expertos, fue acertado al señalar que el principal impulsor de la transformación organizacional se basa en la adopción de soluciones y protocolos que puedan expandir los negocios de forma escalable y segura. Además, la adopción de tecnologías y protocolos abiertos presenta los mejores resultados para la evolución del progreso, la formación de los profesionales y, por supuesto, para la evolución de la cultura corporativa en su conjunto.
Ajuste de ruta: jornada por el código abierto
Según una encuesta realizada por Harvard Business Review, la transición a un entorno centrado en la transformación digital abierta es fundamental para el crecimiento empresarial, la adaptabilidad de los equipos y el crecimiento profesional de los empleados.
"Según el estudio, la modalidad promueve una reducción sustancial de los costos de infraestructura y servicios tecnológicos. Tanto es así que las empresas que invirtieron en soluciones abiertas en 2018 vieron un aumento adicional del 70% en su productividad en 2022, gracias a la introducción de prácticas más alineadas con las estrategias de mercado (Go-to-Market)".
Pero eso no es todo. A través del enfoque open, las empresas pueden adelantarse a sus competidores y proponer nuevos productos y servicios. Esta postura proactiva, predictiva y, sobre todo, disruptiva representa un nuevo estándar de comportamiento ágil y colaborativo que ya no se basa en una lógica cerrada, centrada en silos y servicios.
"Se trata, si no, de una mirada colaborativa a todo el ecosistema tecnológico, donde proveedores, socios, clientes y, muchas veces, incluso competidores, permiten ampliar la cadena de valor e impulsar los procesos de toda una nación".
Los fundamentos del pensamiento sistémico
Por tanto, el éxito de adoptar una metodología de desarrollo abierta es dar continuidad a la jornada digital de las empresas. Al final, lejos de ser partes separadas del rompecabezas, la tecnología, los procesos y la cultura son parte de un sistema interdependiente de transformaciones: sin las innovaciones de 5G, IoT y la nube, las organizaciones no pueden escalar los procesos. Sin un modelo de negocio amplio y flexible, las metodologías no se adaptarán a la dinámica del mercado y, en consecuencia, tendrán más dificultades para atraer y mantener clientes y, sin un mindset proactivo, diverso y atento, nada de esto será sostenible.
A primera vista, esta interdependencia entre cultura, procesos y tecnologías puede parecer desafiante, pero este movimiento representa un aprendizaje continuo y diario, en el que una mentalidad abierta y una planificación holística promueven transformaciones perennes. Esta no es una tarea sencilla, pero puede volverse menos compleja eligiendo proveedores confiables, consultores y metodologías abiertas, pilares para una jornada dirigida, asertiva y muy productiva.