Hemos sido testigos, de manera gradual, de cómo la IA está pasando de ser una promesa futurista a convertirse en una realidad tangible en muchos frentes, incluida la preservación de la seguridad.
La capacidad de la IA para procesar grandes volúmenes de datos, identificar patrones ocultos y generar predicciones con un alto grado de precisión está abriendo un nuevo capítulo en las ciudades contemporáneas: la era de la seguridad predictiva.
Imagina un sistema de seguridad que no solo reacciona ante el crimen, sino que puede anticiparlo. Un sistema capaz de analizar datos históricos sobre delitos, información en tiempo real de sensores y cámaras de vigilancia, e incluso variables contextuales como eventos masivos o condiciones climáticas, para identificar patrones y predecir dónde y cuándo es más probable que ocurra un delito. Esta es la promesa de la IA aplicada a la seguridad ciudadana, y ya se está materializando en nuestra región.
En ciudades como Ciudad de México, Buenos Aires y Río de Janeiro, se está utilizando la IA para optimizar la protección en espacios públicos, detectar vehículos sospechosos y advertir sobre multitudes que podrían llevar a situaciones de riesgo. La policía ahora puede identificar con mayor precisión áreas específicas que históricamente han mostrado altas tasas de criminalidad, desplegando recursos de manera más eficiente y previniendo delitos antes de que ocurran.
Las soluciones actuales integran lo último en tecnología de IA, tanto en la nube como en los dispositivos mismos. Cámaras inteligentes con capacidades de computación en el borde y algoritmos avanzados de aprendizaje profundo están permitiendo la detección y clasificación precisas de objetos, personas y vehículos, diferenciando entre situaciones cotidianas y comportamientos sospechosos que podrían indicar un delito en curso o a punto de ocurrir. Además, gracias a la IA integrada en las cámaras, la búsqueda de video permite encontrar lo que se busca de una forma más rápida, reduciendo el tiempo de investigación de días a minutos con tecnologías de búsqueda por apariencia.
Estas cámaras con IA embebida, pueden reconocer rostros y compararlos en tiempo real con bases de datos de personas de interés, emitiendo alertas instantáneas a las autoridades pertinentes. Esta capacidad, combinada con una plataforma de gestión de video como Orchestrate, permite la automatización de respuestas y la creación de flujos de trabajo inteligentes que optimizan la labor de los profesionales de la seguridad, permitiéndoles tomar decisiones más rápidas y efectivas a través de un ecosistema tecnológico de seguridad.
Un ejemplo concreto de esto es la implementación de nuestra tecnología en un importante puerto marítimo de la región. A través del análisis inteligente de video y nuestra interfaz intuitiva “Foco de atención”, el sistema puede detectar automáticamente actividades sospechosas, como la entrada de personas no autorizadas en áreas restringidas, merodeo de vehículos sospechosos, el abandono de paquetes o movimientos inusuales de contenedores, personas o vehículos, alertando a la seguridad portuaria en tiempo real sobre una amenaza y así anticiparse y permitir una respuesta inmediata para prevenir el tráfico ilícito de mercancías o actos de sabotaje.
Así, la IA funciona como un asistente inteligente y un aliado estratégico que potencia las capacidades humanas, proporcionando información crítica en tiempo real y liberando a los operadores de tareas repetitivas para que puedan centrarse en la toma de decisiones estratégicas y la respuesta a incidentes, con altos beneficios en la respuesta inmediata y más allá, en la predicción y anticipación a hechos, antes de que ocurran, impactando directamente el bienestar de los ciudadanos.