ESET ha realizado un análisis sobre la privacidad y el anonimato en Telegram, destacando varios puntos clave. Telegram ha ganado popularidad por su enfoque en la privacidad, ofreciendo dos tipos de cifrado. Para los chats normales, utiliza un cifrado cliente-servidor, mientras que los chats secretos cuentan con cifrado de extremo a extremo, garantizando que solo el remitente y el receptor puedan leer los mensajes.
Este último sistema es un fuerte punto a favor en términos de seguridad. Sin embargo, ESET señala que, aunque el cifrado cliente-servidor es robusto, aún existe la posibilidad de que Telegram, o cualquier entidad con acceso a sus servidores, pueda leer los mensajes, lo que plantea un riesgo potencial. Además, Telegram emplea su propio protocolo de cifrado, MTProto, que ha sido auditado por la comunidad. No obstante, el diseño de este protocolo, combinado con la centralización del servicio, podría suponer una vulnerabilidad.
Otro aspecto analizado por ESET es el requisito de que los usuarios registren una cuenta utilizando un número de teléfono. Aunque se permite el uso de alias, el número de teléfono sigue siendo un elemento clave que, si se asocia con la identidad real del usuario, compromete el anonimato.
Opciones de privacidad avanzadas
Telegram ofrece opciones de privacidad avanzadas que permiten ocultar el número de teléfono a otros usuarios, pero si no se configuran correctamente, esto podría llevar a la exposición de información personal. ESET recalca que los usuarios deben ajustar estas configuraciones de acuerdo con sus necesidades para maximizar la privacidad.
Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica, comentó que:
“[...] un aspecto clave del debate sobre el anonimato en Telegram es el requisito de registrar una cuenta con un número de teléfono -aunque permite también el uso de alias-. Esto representa una posible vulnerabilidad: si un adversario logra asociar ese número con la identidad real de un usuario, el anonimato se desvanece”.
Además, más allá del contenido de los mensajes, Telegram almacena metadatos, que incluyen información sobre patrones de comunicación y redes de contactos. Estos metadatos pueden ser valiosos para quienes buscan analizar el comportamiento de los usuarios, lo que podría representar un riesgo para aquellos que deseen mantener un anonimato total.
En cuanto a la ubicación de Telegram, la plataforma ha cambiado varias veces de sede para evitar presiones gubernamentales y mantener su independencia en términos de privacidad y libertad de expresión. Inicialmente vinculada a Berlín, luego a Londres y Singapur, Telegram se trasladó a Dubái en 2018.
Este movimiento buscaba evitar regulaciones estrictas y continuar operando sin comprometer sus principios, pero también deja algunas incertidumbres respecto a las regulaciones legales. Aunque la empresa asegura que nunca ha compartido datos con gobiernos ni terceros, solo lo haría ante una orden judicial “incontestable”, lo cual genera inquietudes entre algunos usuarios.
El investigador de ESET también agregó que:
“[...] para ESET es evidente que Telegram ofrece un buen nivel de privacidad, siempre y cuando se utilicen sus funciones adecuadas, como los chats secretos y una configuración de privacidad robusta. Sin embargo, no es una plataforma completamente anónima. El requisito de un número de teléfono y el almacenamiento de metadatos significan que, para aquellos que necesitan un anonimato total, Telegram puede no ser suficiente”.
ESET concluye que Telegram ofrece un buen nivel de privacidad si los usuarios aprovechan adecuadamente sus funciones, como los chats secretos y una configuración de privacidad sólida. No obstante, no se considera una plataforma completamente anónima debido al uso de números telefónicos y al almacenamiento de metadatos.
Para quienes buscan un anonimato absoluto, otras aplicaciones que no requieren identificación y que utilizan un cifrado más riguroso podrían ser opciones más seguras.