Por Raúl González, director Comercial y Clientes para Hispanoamérica en InterSystems.
En la actual era digital, el dinero en efectivo parece estar perdiendo terreno frente a las transacciones digitales. En Chile las transacciones financieras en formato digital alcanzaron un 87%, mientras que los pagos en persona representan solo el 13%, según el último estudio de Servipag. Este avance hacia lo digital ha desencadenado una avalancha de datos, planteando un desafío y una oportunidad para la industria bancaria: ¿Qué hacer con tanta información?
La respuesta podría estar, desde mi punto de vista, en la inteligencia artificial (IA). Esta tecnología ha demostrado ser una herramienta invaluable para procesar grandes volúmenes de datos de manera eficiente y extraer ideas significativas. En el ámbito bancario, esto se traduce en una capacidad sin precedentes para comprender a los clientes, anticipar sus necesidades y ofrecer servicios personalizados a gran escala.
Un área donde la IA ha tenido un impacto notable es en la detección y prevención del fraude. Gracias a algoritmos avanzados, las instituciones financieras pueden identificar patrones sospechosos de manera más rápida y precisa, protegiendo así a los clientes y fortaleciendo la seguridad de las transacciones digitales. Es fundamental sumar esta herramienta, y todas las que tengamos al alcance, ya que es un desafío que se encuentra muy presente en Chile, durante el 2023 se duplicaron los casos de fraude en medios de pago de la banca, por lo que es necesario tomar medidas para frenar este crecimiento.
Además, la IA ha permitido a los bancos mejorar la experiencia del cliente al ofrecer servicios más personalizados y adaptados a sus necesidades individuales. El uso de ChatBot es uno de los casos más comunes, los cuales pueden resolver dudas durante las 24 horas del día.
Sin embargo, el uso de la IA en la banca también plantea desafíos. Uno de los principales es garantizar la privacidad y seguridad de los datos. Es fundamental que las instituciones financieras implementen medidas sólidas de protección de datos para evitar posibles vulnerabilidades y proteger la confianza de los clientes.
El futuro de la banca en Chile y en todo el mundo parece estar vinculado al uso inteligente de los datos en un contexto en donde las transacciones digitales se apoderan del mercado. La IA se presenta como una herramienta poderosa para aprovechar al máximo el potencial de estos datos y ofrecer servicios financieros más eficientes, seguros y personalizados. El desafío para la banca es adoptar esta tecnología de manera responsable y ética, garantizando al mismo tiempo la protección de la privacidad de los datos y la seguridad de las transacciones digitales.