La transformación digital está en boca de todos. El avance de la Inteligencia Artificial, la promesa de la robótica inteligente y otras tecnologías emergentes, seducen a organizaciones en todo el mundo y América Latina no se queda atrás.
Sin embargo, la región debe abordar primero ciertos desafíos, identificando los problemas antes de invertir en tecnologías que quizás no serán capaces de ajustarse a su negocio o, más aún, se convertirán en un limitante al momento de crecer y avanzar como empresa.
El primer desafío que identificamos es la estrategia simplificada de sitios web básicos que conforman el ecosistema digital.
Muchas compañías optan por plataformas de creación de sitios web que, aunque puedan parecer más prácticas o económicas en un principio, no están equipadas para manejar las complejidades operacionales y regulatorias del negocio, así como tampoco la capacidad de escalar para competir a nivel internacional o en nuevas oportunidades. Por ello, la clave es desarrollar una estrategia tecnológica robusta, que potencie el modelo de negocio y responda rápidamente a sus necesidades, generando a la vez aprendizajes valiosos para la toma de decisiones.
El segundo desafío radica en los equipos tecnológicos rígidos.
Demasiadas empresas centralizan su desarrollo tecnológico en grandes equipos internos que, aunque competentes, muchas veces carecen de la flexibilidad necesaria para adaptarse eficazmente a las cambiantes demandas del mercado. La desconexión entre las metas empresariales y la capacidad de desarrollo puede ser un freno significativo. La solución reside en adoptar una mentalidad de equipo mixto, donde los expertos internos trabajen en conjunto con proveedores especializados, creando así un ecosistema más ágil y dinámico.
El tercer gran desafío es la gestión de la incertidumbre.
En un entorno digital, la falta de certeza puede llevar a la parálisis y a la excesiva revisión de avances, en lugar de centrarse en obtener información valiosa. Las organizaciones deben establecer una dirección clara para todos sus desarrollos tecnológicos, con roadmaps bien definidos y KPIs medibles. Evaluar el éxito en función del retorno de la inversión garantiza que cada paso sea un paso hacia adelante, reduciendo el miedo a lo desconocido y fomentando una cultura de innovación continua.
Finalmente, hay un desafío en reconocer las falsas promesas tecnológicas.
Es común que las empresas se dejen llevar por soluciones de software one-size-fits-all que prometen ser la panacea para todos sus problemas, solo para descubrir que estas limitan su libertad y capacidad de innovación. La verdadera ventaja competitiva radica en implementar tecnologías que se adapten eficientemente a las necesidades específicas del negocio, no al revés. Esto no solo optimiza la inversión, sino que también garantiza que la tecnología actúe como un facilitador de tus objetivos de negocio.
Las compañías latinoamericanas tienen el potencial de liderar en la era digital, pero primero deben abordar estos cuatro desafíos fundamentales: la estrategia simplificada de sitios web básicos, la poca flexibilidad que entregan los equipos rígidos, la gestión de la incertidumbre y el creer en falsas promesas tecnológicas.
Finalmente, si bien no toda empresa se enfrenta a estos cuatro desafíos, hay una gran cantidad que pueden sentirse identificadas con el “quiero, pero no puedo”. Cuando esa historia empieza a sonar conocida, es tiempo de hacer un cambio.