Por Hiram Monroy, Commercial Senior Manager para AMD en Latinoamérica Hispana.
En el panorama actual de rápida evolución, las empresas que quieran ejecutar cargas de trabajo con un rendimiento excepcional y ofrecer servicios de TI de primer nivel se ven enfrentadas a actualizar la infraestructura de sus centros de datos heredados utilizada para correr sus máquinas virtuales (VM).
A medida que aumentan las cargas de trabajo intensivas en datos, también lo hará el apremio sobre el rendimiento de la infraestructura existente, así como la huella y la energía necesarias para operar los data centers. A esto se suma la creciente presión por modernizar y aumentar la capacidad para aprovechar las oportunidades que presentan la Inteligencia Artificial (IA) y el Machine Learning (ML).
En el contexto cambiante, aferrarse a la infraestructura heredada probablemente hará que las cargas de trabajo modernas se ejecuten más lentamente, consuman más energía y sean más susceptibles a riesgos de seguridad. Después de todo, los servidores promedio ya tienen entre 3 y 5 años de antigüedad.
No se conforme con lo “suficientemente bueno”
A pesar de la extensa lista de razones para modernizar, tanto CIO como responsables de la toma de decisiones de TI se resisten a la migración de máquinas virtuales.
Esta indecisión y el deseo de evitar los procesos dolorosos previstos, pueden hacer que los departamentos de TI se conformen con lo “suficientemente bueno”, a pesar de las posibles mejoras de rendimiento y eficiencia que conlleva la modernización.
Al mostrar tanto los beneficios como el valor de migrar máquinas virtuales y desmentir los mitos del proceso, las empresas pueden superar el obstáculo para tener centros de datos más eficientes; una necesidad para mantenerse al día con las demandas de cómputo y el cambiante panorama tecnológico.
Mito: Las migraciones en frío requieren un reinicio, sin soluciones alternativas disponibles para evitar el tiempo de inactividad de las aplicaciones.
Realidad:
Reiniciar los sistemas es una parte inevitable de migrar máquinas virtuales entre arquitecturas de hardware. Pero también es cierto que los reinicios son una práctica estándar al incorporar sistemas operativos, aplicaciones y parches de seguridad.
La migración no debe verse de manera diferente a un parche de rutina donde las organizaciones utilizan entornos de aplicaciones disponibles diseñados para la redundancia. Estas configuraciones permiten que las aplicaciones permanezcan disponibles al realizar el mantenimiento de rutina y las actualizaciones críticas.
Al final, los equipos de TI pueden estar seguros de que existe un flujo de trabajo establecido que los profesionales de TI han utilizado durante años y que se puede utilizar al migrar máquinas virtuales: apagar los sistemas, realizar operaciones y actualizaciones, encender los sistemas y verificar la finalización y el funcionamiento correcto.
Mito: Las migraciones en vivo dentro de la línea de productos de un proveedor proporcionan actualizaciones fáciles y acceso a nuevos avances del procesador.
Realidad:
Es posible migrar en vivo cuando no se cambia de proveedor. Sin embargo, hay que tener en cuenta los costos que pueden generarle limitaciones a corto y largo plazo.
Por ejemplo, cuando se migra en vivo a nuevos servidores, las máquinas virtuales no tienen más remedio que emular el hardware antiguo en los nuevos servidores. Esto significa perder nuevas instrucciones que podrían mejorar el rendimiento, las funciones de seguridad actualizadas y las correcciones de errores. Todo eso está entre las principales razones para migrar y modernizar su infraestructura desde un comienzo.
Debido a que el rendimiento se ve afectado cuando máquinas virtuales, aplicaciones y cargas de trabajo no se ejecutan en un entorno que tenga disponibles todas las nuevas funciones de la CPU, lo que puede parecer un atajo —migrar en vivo dentro de la línea de productos de un proveedor— probablemente no lo sea en la práctica.
Esto es importante especialmente cuando la migración en frío de 40 máquinas virtuales se puede realizar en menos de 30 minutos, algo que se logró en las pruebas realizadas por Prowess Consulting al migrar de sistemas basados en procesadores escalables Intel Xeon a servidores con procesadores AMD EPYC™.
Mito: La migración requiere una larga interrupción que reprime el funcionamiento de la carga de trabajo.
Realidad:
Dicho de manera simple: no es necesario realizar una migración en un solo paso. Configuraciones altamente disponibles cuentan con niveles de funcionalidad para que pueda migrar diferentes secciones de su sistema a lo largo del tiempo utilizando el mismo proceso que al actualizar otros elementos de su infraestructura.
Dado que los equipos de TI tienen la facultad de decidir qué capas se migran y cuándo, las organizaciones pueden conservar ese elemento de control tan importante. Trabajando en colaboración con toda la empresa, usted puede decidir qué se migra y cuándo, lo que limita el impacto en el usuario y la operación del negocio, y provoca una interrupción mínima.
Una herramienta de código abierto como VMware® Architecture Migration Tool (VAMT) simplifica aún más este proceso con funciones como “Soporte de ventana de cambio”, donde puede determinar qué máquinas migran primero y cuáles siguen para realizar una migración completa de la arquitectura de varios niveles con un tiempo de inactividad prácticamente nulo.
Migración eficiente: centros de datos eficientes
Las empresas se encuentran en un punto en el que deben realizar la evolución de sus centros de datos para mantenerse al día con las demandas informáticas de la IA y el ML. Por eso es tan importante disipar los mitos que rodean a la migración de máquinas virtuales y demostrar que es un paso crucial en el camino hacia la modernización de los data centers.
En lugar de ser vista como costosa y complicada, la migración de máquinas virtuales puede ser llevada a cabo con confianza por los equipos de TI, aprovechando los flujos de trabajo establecidos y utilizando herramientas innovadoras.
Las recompensas son claras. La migración de máquinas virtuales no solo prepara el camino para la integración perfecta de tecnologías de vanguardia, como la IA y el ML, sino que también optimiza la utilización de los recursos y fortalece las defensas en un momento crucial.