A lo largo de los años, he sido testigo de la constante evolución que experimenta nuestra industria, pero nunca había sentido un cambio tan vertiginoso como el que se avecina para 2025.
Esto sucede porque hoy nos encontramos en un punto de inflexión donde la inteligencia artificial (IA), la electromovilidad y la seguridad no sólo son tendencias, sino pilares fundamentales que definirán el futuro de la logística.
La IA está revolucionando la manera en que tomamos decisiones en la logística. Desde la optimización de rutas hasta la predicción de demandas, estas tecnologías no sólo agilizan los procesos, sino que también reducen costos y mejoran la experiencia del cliente.
Por otro lado, el sector logístico tiene una deuda histórica con el medio ambiente. Afortunadamente, la electromovilidad nos ofrece una solución tangible. Los vehículos eléctricos ya no son una promesa, sino una realidad que muchas empresas están integrando a sus flotas. Para 2025, no sólo se espera un aumento en su adopción, sino también avances en infraestructura y baterías, lo que hará de la logística sostenible un estándar y no una excepción.
Además, la incorporación de vehículos autónomos - aquellos que utilizan tecnologías avanzadas, como sensores, cámaras e inteligencia artificial, para desplazarse y operar sin la necesidad de un conductor humano - también nos brinda una serie de retos, pero a pesar de ellos, los beneficios a largo plazo son incuestionables.
La reducción de emisiones de carbono, el ahorro en costos logísticos y la disminución de accidentes asociados a errores humanos son objetivos alineados con las necesidades de sostenibilidad y eficiencia del siglo XXI. Para lograr este futuro, es esencial que el sector público y privado trabajen en conjunto, desarrollando políticas, infraestructura y tecnologías que permitan una transición responsable y ordenada.
En Tranciti, vemos este cambio como una oportunidad para liderar en innovación y transformar la logística terrestre. Apostar por los vehículos autónomos no sólo significa adaptarse a los avances tecnológicos, sino también construir un sistema logístico más inteligente, seguro y sostenible.
Con el crecimiento del comercio electrónico y la digitalización de los procesos, la seguridad adquiere una doble dimensión: física y digital. La protección de los bienes transportados sigue siendo prioritaria, pero ahora se suma el desafío de resguardar los datos sensibles que generan nuestras operaciones. La ciberseguridad será una inversión imprescindible para garantizar la continuidad operativa y la confianza de los clientes.
Con esta visión es que creamos “Llave Inteligente”, es un sistema integral que permite tener tu vehículo eléctrico o a combustión asegurado en todo momento, entregando control, seguridad y gestión a tu flota, único en su tipo en Chile y América Latina que opera en situaciones con o sin internet, es decir on y off line y, que se puede adaptar a distintos escenarios operativos que los clientes buscan dando una robustez única y flexibilidad de autoadministración inigualables.
Además, protege de manera eficiente a los vehículos en las rutas, ya que evita que sean víctimas de los llamados jammer que son bloqueadores o inhibidores que se utilizan para neutralizar las señales del GPS, impidiendo determinar la ubicación exacta de las unidades vehiculares y facilitando el robo.
No podemos esperar a 2025 para adaptarnos. Las empresas que deseen liderar este cambio deben comenzar hoy a integrar estas tecnologías, capacitar a sus equipos y redefinir sus estrategias. La transformación no será sencilla, pero es una oportunidad única para redefinir los estándares de nuestra industria.
En este nuevo panorama, la logística no será sólo un medio para mover mercancías, sino un motor de innovación y sostenibilidad. Estoy convencida de que, con la combinación adecuada de tecnología, compromiso y visión, podremos construir un futuro logístico más eficiente, seguro y respetuoso con el planeta.