En 2024 se han realizado importantes avances tecnológicos para responder a las necesidades de las empresas. Las organizaciones han ampliado sus perspectivas y han adoptado elementos novedosos para afianzarse en el mercado.
Con un panorama tecnológico que evoluciona cada año, las empresas se ven obligadas a examinar diversos aspectos de sus negocios y comprender su contribución al crecimiento global.
ManageEngine, una división de Zoho Corporation, ha identificado seis prioridades clave para 2025 que las organizaciones deben considerar para navegar el desafiante panorama digital: escalar el uso de la IA, democratizar la ciberseguridad, implementar un modelo de gobierno distribuido para la normativa, reingeniería de experiencias, adoptar la sostenibilidad y centrarse en la TI orientada a resultados.
Democratizando la ciberseguridad
La gestión de los riesgos cibernéticos en todos los niveles del equipo de trabajo -y no solo a nivel administrativo- debe ser una prioridad. Esto implica convertir a todos los miembros de una organización en responsables de su defensa. Esto puede generar beneficios como el ahorro de costos, el aumento de la eficiencia y la innovación en las prácticas de seguridad.
Las organizaciones deben asegurarse de que los empleados reciban entrenamientos continuos de ciberseguridad y acceso a herramientas de autogestión adecuadas, ya que los principales retos son los empleados poco informados y los procesos mal definidos.
Modelo de gobernanza distribuida para el cumplimiento normativo
Las regulaciones y auditorías obligarán a los líderes de cumplimiento a implementar un marco distribuido, donde cada departamento gestione sus propios riesgos. El equipo de cumplimiento debe mapear los requisitos derivados de las normativas y mantener a los líderes actualizados sobre los cambios.
La ejecución del programa debe empoderar a los equipos comerciales, integrando la gestión de riesgos en sus procesos para resolver no conformidades y analizar incidentes. Esto ayuda a reducir la fricción entre el área de cumplimiento y otras áreas empresariales, fomentando un modelo más eficiente.
Reingeniería de experiencias
Clientes y empleados son activos clave para las empresas. Cada interacción, ya sea con humanos o máquinas, da forma a su experiencia y, por ende, al éxito de la organización.
La reingeniería de experiencias implica rediseñar la arquitectura tecnológica para ofrecer mejores resultados, integrando tecnologías emergentes como IA, análisis de datos y personalización. Esto permite interacciones multimodales y flujos de trabajo optimizados. Sin embargo, deben considerarse desafíos como la seguridad informática y el impacto en la productividad durante los cambios.
TI orientada a resultados
Las TI están en el núcleo de las operaciones empresariales, pero a menudo se perciben como un centro de costos. Los responsables de TI deben demostrar el valor generado, alineando las métricas con la productividad y los resultados empresariales. En 2025, los CIO deberán priorizar indicadores clave que conecten directamente las TI con el negocio, asegurando la disponibilidad de activos críticos y visibilidad de riesgos.
Ampliar el uso de la IA
La IA reconfigura el funcionamiento empresarial, y en 2025 se enfocará en su integración para generar retorno de inversión. También será crucial en ciberseguridad, enfrentando ataques avanzados y potenciando la productividad de los empleados. Además, se espera un mayor uso de modelos de lenguaje en entornos empresariales, optimizando capacidades generativas y llamadas API.
Para lograrlo, las empresas deben contar con una sólida estrategia de datos, priorizando la soberanía y la preparación de la información para garantizar el éxito.
Adopción de la sostenibilidad
El alto consumo energético de tecnologías avanzadas, como las GPU, exige un enfoque sostenible. Esto no solo reduce el impacto ambiental, sino que también satisface las demandas de clientes conscientes y mejora la eficiencia operativa.
Las empresas pueden adoptar la sostenibilidad mediante auditorías internas, exploración de energías alternativas y obtención de créditos de carbono. Así, aseguran su posición competitiva y operan eficientemente en un entorno en constante cambio.