Las ventajas de las tecnologías en la nube son ampliamente reconocidas, ofreciendo una mayor productividad, agilidad, resiliencia e innovación. A pesar de estos beneficios, la industria financiera se queda atrás de otros sectores en la adopción de tecnología en la nube.
Según nuestro estudio del Índice de Rotación en la Nube, solo 15% de las cargas de trabajo de los bancos se había migrado a la nube a finales de 2022. El "elefante en la habitación" suele ser el sistema core. Mientras que muchos bancos han trasladado rápidamente sus canales y sistemas satélites a la nube, esto generalmente no es el caso para los core banking. Estos sistemas manejan los mayores volúmenes de procesamiento y las cargas de trabajo más críticas.
Por un lado, modernizar los sistemas core se percibe como un viaje complejo, multifacético y costoso. Requiere de un tiempo y esfuerzo significativos, pone en riesgo la continuidad del negocio y podría retrasar otras iniciativas de crecimiento empresarial. Además, mientras que las juntas directivas imponen plazos más cortos para obtener los retornos de inversión previstos, los enfoques tradicionales para la modernización del core no ofrecen beneficios inmediatos y directamente rastreables, sino que requieren tiempo y actuar sobre componentes más allá del core para desarrollarse completamente. Por otro lado, los CIOs están luchando por presentar un caso sólido para el cambio con un valor tangible claro. Esto hace que muchos bancos sean reacios a comenzar a modernizar los sistemas core.
El valor de la modernización del core, que impulsa el caso para el cambio, proviene de su potencial para aumentar el valor económico a través del crecimiento empresarial, la eficiencia y la productividad, al mismo tiempo que mitiga los riesgos de TI. Evaluar el valor económico en el caso de negocio puede ser complejo. Requiere la participación de varias líneas de negocio, y los resultados están influenciados por factores más allá del core.
Sin embargo, estos desafíos suelen ser manejables. La verdadera dificultad radica en elaborar un caso de negocio convincente que compense los riesgos inherentes del programa, las inversiones y el enfoque requeridos, los posibles retrasos en otras iniciativas de crecimiento empresarial y los resultados que pueden no ser inmediatamente aparentes.
Introducir el riesgo de TI en la ecuación juega un papel crítico. La complejidad de las plataformas legadas, caracterizadas por múltiples arquitecturas superpuestas, numerosos software y tecnologías, y una extensa personalización, junto con el crecimiento exponencial en los volúmenes de procesamiento, crea una tormenta perfecta para la mantenibilidad, las actualizaciones y las operaciones de producción. Esto lleva a desafíos significativos en la resiliencia y la continuidad del negocio. Por lo tanto, la decisión de modernizar los sistemas core de los bancos se convierte en una decisión más probable.
Para apreciar plenamente el valor de la modernización del core, los bancos necesitan cuantificar los riesgos asociados con el mantenimiento de sus sistemas centrales legados frente a la migración a un core moderno. Un desafío significativo radica en definir un conjunto completo y cuantificado de Indicadores Clave de Desempeño (KPIs) e Indicadores Clave de Riesgo (KRIs). Sin estos, es poco probable que el riesgo de TI se considere suficientemente en el caso de negocio, y el verdadero impacto de la modernización será subestimado.
A menudo, el riesgo de TI se ve como la responsabilidad del CIO y del Chief Risk Officer. Es un área especializada y técnica con la que muchos directores y ejecutivos de negocios no están familiarizados. Como resultado, los ejecutivos a menudo subestiman la relevancia y el potencial impacto del riesgo de TI en las operaciones comerciales y ven las inversiones en el mantenimiento de la salud de TI como no productivas.
Una estrategia efectiva es traducir los riesgos de TI para cada servicio o capacidad comercial dentro de cada Línea de Negocio (LoB) asignando una calificación de riesgo específica con impactos potenciales claros y tangibles. En el sector de servicios financieros altamente regulado, este enfoque genera una comprensión común del panorama real de riesgo y cumplimiento y sus potenciales impactos comerciales en toda la organización. Esta estrategia transforma la interacción entre las funciones de negocio y TI y fomenta la propiedad compartida de las necesidades de mitigación de riesgos. Además, los beneficios de este enfoque se extienden más allá del core y la gestión de riesgos.
Hoy en día, los bancos dependen más que nunca de un sólido y flexible core bancario digital. A medida que la tecnología continúa evolucionando, con la reciente aparición rápida de la IA generativa, esta dependencia solo aumentará. Cualquier caso de negocio que no reconozca la mitigación del riesgo de TI como uno de los beneficios más importantes de la modernización del core pasa por alto este punto vital. Los bancos que están decididos a impulsar la eficiencia y la agilidad comercial a través de su viaje de modernización pueden crear un ciclo positivo desarrollando un entorno de TI más fuerte, seguro y resiliente, lo que a su vez acelera la entrega de nuevo valor comercial.