En un mundo cada vez más dependiente de las interacciones digitales, la verificación remota de la identidad se ha convertido en una cuestión crítica. Es importante saber cómo los deepfakes, originalmente una forma de entretenimiento, han emergido como un grave peligro para este proceso, desafiando las fronteras de la seguridad cibernética y la inteligencia artificial.
Daniel Molina, vicepresidente de iProov para Latinoamérica, resalta la creciente preocupación en torno a los deepfakes:
Dado que ahora es imposible distinguir de forma fiable entre las imágenes sintéticas y las imágenes reales con el ojo humano, la biometría impulsada por la IA se ha convertido en la defensa más sólida contra los deepfakes y, por tanto, en el único método fiable de verificación remota de la identidad.
La verificación facial biométrica, preferida por el 72% de los consumidores globales por su seguridad, enfrenta desafíos constantes debido a la sofisticación de los actores malintencionados. Molina subraya que, aunque la biometría facial es actualmente el método más confiable de verificación, el campo está en constante evolución, requiriendo soluciones de seguridad dinámicas y adaptativas.
La pregunta “¿Cómo podemos estar seguros de la identidad de alguien en línea?”, resuena con urgencia en el contexto actual. La unión de fortalezas humanas y tecnológicas parece ser la clave para una solución confiable, como lo demuestra iProov con su enfoque en la comprobación biométrica de misión crítica.
¿Cree que la combinación de biometría y análisis humano será suficiente para contrarrestar las amenazas emergentes como los deepfakes en el futuro cercano?
