La reciente orden ejecutiva del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, marca un hito en la regulación de la Inteligencia Artificial, estableciendo estándares de seguridad y equidad que podrían ser un modelo a seguir para países como Chile. Esta iniciativa, orientada a equilibrar la innovación y la seguridad en la IA, representa un enfoque integral en la gestión de los riesgos asociados con esta tecnología emergente.
Nuevas directrices de la Orden Ejecutiva
La orden ejecutiva de Biden introduce una serie de medidas clave en la gestión de la IA. Esto incluye la creación de nuevos estándares de seguridad, la obligación de compartir los resultados de pruebas de seguridad con el gobierno federal y el establecimiento de directrices para la protección de la privacidad del consumidor. Además, se enfatiza la necesidad de investigación sobre el impacto de la IA en el mercado laboral y se propone una orientación sobre equidad y derechos civiles. Chile ya tiene algo avanzado respecto de la legislación sobre IA.
Bruce Reed, subjefe de gabinete de la Casa Blanca, ha destacado que estas acciones constituyen el conjunto de medidas más robustas tomadas por cualquier gobierno en cuanto a la seguridad y confianza en la IA.
Asimismo, Campbell Cowie, de iProov, reconoce la importancia de estas directrices como un paso hacia la regulación efectiva, aunque señala la necesidad de su materialización en normativas aplicables.
El rol de Chile en el contexto internacional
Chile, como líder en adopción de tecnologías en América Latina, podría considerar esta orden ejecutiva como un referente en la formulación de sus propias políticas de IA. La adaptación de tales normativas podría no solo mejorar la seguridad y la confianza en la IA a nivel nacional, sino también alinear al país con las tendencias globales en esta área.
Mientras la orden ejecutiva de EE.UU representa un avance significativo, Campbell Cowie enfatiza la importancia de abordar no solo los riesgos a largo plazo, sino también los desafíos inmediatos como los deepfakes y la ciberseguridad. Esto subraya la necesidad de una vigilancia constante y adaptación de las políticas de IA para enfrentar tanto los retos actuales como futuros.
¿Cree que Chile debería seguir el ejemplo de Estados Unidos en la implementación de normativas de IA para fortalecer la seguridad y ética tecnológica?