En el mundo digital de hoy, la seguridad de la información constituye un pilar fundamental en la gestión de las empresas. Los datos, ya sean propios o de clientes y usuarios, son un valioso activo y su protección no sólo es una necesidad operativa, sino también un requisito legal y ético. El riesgo de ataques informáticos ha ido en aumento y cada día se conocen nuevas amenazas, incluyendo variantes avanzadas de malware como el ransomware.
¿Cómo garantizar que la operación digital de una empresa es segura?
No basta con una mera declaración, sino que se requiere de una acción concreta, que se traduce en medidas destinadas a identificar y evaluar sus principales riesgos, además de establecer controles y procesos estandarizados que permitan reducir la posibilidad de incidentes de seguridad informática y mitigar sus efectos.
Y ello se logra estableciendo un Sistema de Gestión de Seguridad de la Información (SGSI), auditado y certificado de acuerdo a los requisitos que fija la norma ISO 27001, estándar internacional altamente reconocido. Con esta certificación, las empresas demuestran su compromiso con la seguridad de los datos, así como su confidencialidad, integridad y disponibilidad.
Siendo octubre el Mes de la Ciberseguridad, es importante considerar que contar con un SGSI certificado es una señal de credibilidad y de confianza para sus clientes, socios comerciales y otras partes interesadas. También facilita el cumplimiento de leyes, regulaciones y eventuales requisitos contractuales relacionados con seguridad de la información.
Para las empresas que se desarrollan en el medio digital, la certificación ISO 27001 no es un simple sello en el papel. Al contrario, es una muestra clara de que se han adoptado sólidas prácticas de seguridad de la información. Y este enfoque de mejora continua les permite a las organizaciones adaptarse a las nuevas amenazas y desafíos del entorno de la seguridad de la información.