Recientes incidentes en el Mar Rojo han puesto de manifiesto la delicada situación de los cables submarinos de internet. Aunque el daño sufrido por tres cables de fibra óptica no fue intencionado, el contexto de conflicto naval en el que ocurrió subraya la facilidad con la que estos podrían ser blanco de ataques.
A fines de febrero, el perjuicio a tres cables redujo significativamente el ancho de banda de internet en la región, un problema que podría tardar semanas o meses en solucionarse debido al conflicto continuo en Yemen. Estos cables gestionaban aproximadamente el 25% del tráfico de internet de la zona, obligando a los operadores a recurrir a otras vías y a satélites para desviar el tráfico. Según una entrevista de CBS con el asesor de comunicaciones de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, la causa probable del daño fue el ancla del carguero Rubymar, que fue impactado por misiles y abandonado por su tripulación a mediados de febrero.
Aunque el corte de estos cables no fue a propósito, este incidente resalta su particular vulnerabilidad a interrupciones intencionales. Esto cobra más importancia a medida que el mundo se aleja de las grandes acciones militares, con rivales geopolíticos optando por objetivos más sutiles.
No obstante, estos ataques menores no representan necesariamente una gran disrupción, indica Tim Stonge, VP de investigación en TeleGeography. Con unos 100 incidentes anuales afectando a los cables submarinos, la industria está acostumbrada a estas fallas. La mayoría se debe a la actividad humana, como redes de pesca o anclas.
La propiedad de casi todos los cables subacuáticos recae en la industria privada, con muchos de los más antiguos construidos por consorcios de proveedores de telecomunicaciones. Recientemente, gigantes de Silicon Valley han entrado en escena, poseyendo o alquilando casi la mitad del ancho de banda submarino disponible.
Ante la dependencia global del acceso a internet, los gobiernos han comenzado a tomar medidas para asegurar estos cables. El año pasado, la OTAN lanzó un centro de coordinación enfocado en la protección de infraestructura subacuática, reuniendo a partes interesadas de la industria y el gobierno para ofrecer una seguridad más cohesiva.
El principal desafío en el corto plazo es facilitar la identificación de los buques que podrían causar daños a los cables. La eliminación de la anonimidad en estos ataques, mediante un aumento de la vigilancia y el uso de información de sensores, podría disminuir su atractivo como objetivos.
¿Cómo crees que las empresas y gobiernos deberían colaborar para mejorar la seguridad de los cables submarinos de internet?