Por Sandra Barros, directora en Accenture Chile.
Desde que comencé a trabajar en la industria STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés), hace ya más de 20 años, hay algo que no ha cambiado y es que, aunque se ha visto incrementada la presencia femenina, sigue siendo un ambiente mayoritariamente marcado por la presencia de hombres, especialmente en roles más técnicos y de liderazgo. Pero a pesar de las barreras naturales y sociales que hay detrás, las mujeres de a poco han podido desarrollarse en una industria que no estaba acostumbrada a verlas, naturalizando y valorándose su presencia.
Las mujeres en la industria STEM aportamos complementos en variados ámbitos, ayudando a la humanización de la tecnología, a evitar sesgos algorítmicos con el boom que está teniendo la Inteligencia Artificial y a que la tecnología no esté generada desde el prisma masculino, propiciando siempre la diversidad de género para encontrar mayor creatividad e innovación a los equipos.
Aunque hemos avanzado, aún enfrentamos diversos desafíos para fomentar el desarrollo de las mujeres en la industria. Actualmente, observamos una participación limitada desde temprana edad, lo que se refleja en niveles más bajos en todas las etapas. La falta de referentes también afecta la motivación para ingresar al sector. Un aspecto crucial radica en la retención, ya que muchas mujeres, a pesar de su deseo de continuar, a menudo se encuentran con obstáculos y carecen de apoyo para enfrentar los diversos aspectos de la vida. Asimismo, persisten desafíos en las empresas, donde los líderes, en su mayoría, mantienen sesgos inconscientes que no favorecen el crecimiento y liderazgo femenino.
Todos somos bienvenidos a contribuir en la labor de educar en cada etapa de la vida. A temprana edad, las niñas deben saber que las carreras STEM son disciplinas para mujeres, que las conozcan, que sientan la seguridad de que, si es que les gustaría estar para el futuro, puedan hacerlo, sintiéndose empoderadas para seguir un camino STEM. A nivel juvenil, hay que trabajar para que no abandonen sus estudios y fomentar en las mujeres que inician carreras a permanecer y/o volver después de tener pausas. Para crecer, debemos educarnos en creernos capaces y no ponernos nosotras mismas trabas para avanzar, dejando los miedos y confiar en nuestras capacidades para tomar nuevos desafíos.
Muchas veces la lucha que tenemos que hacer las mujeres es contra nosotras mismas. Debemos tener la fuerza para empoderarnos y creer en nosotras. Si confiamos, créanme, no habrá límites y avanzaremos con nuestro aporte complementario a fortalecer esta industria.