La inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de impactar significativamente la productividad de la fuerza laboral en diferentes aspectos como operaciones, planificación y gestión.
En las operaciones diarias, la IA puede optimizar, agilizar y automatizar diversas tareas, liberando a los empleados de algunas que son más repetitivas y permitiéndoles la oportunidad enfocarse en las que son más estratégicas o que requieren mayor creatividad. La IA posibilita el descubrimiento de nuevas necesidades de la operación y de los colaboradores de forma anticipada, facilitando la gestión de los tiempos muertos o de inactividad, maximizando la productividad. También, mejora la calidad de los procesos de producción y de gestión, reduciendo tanto ineficiencias de operación como ineficiencias de programación de horas de trabajo.
En la planificación, la IA proporciona insights valiosos y asistencia. Los algoritmos de IA analizan datos históricos y métricas de rendimiento para optimizar la asignación de recursos, asegurando una utilización más efectiva y eficiente de la fuerza laboral. Los modelos de previsión de demanda basados en IA permiten anticipar patrones futuros de demanda con mayor precisión, facilitando una planificación de personal de producción, atención y venta, entre otros, más acertada. La IA ayuda a simular diferentes escenarios para tomar decisiones informadas sobre planificación y asignación de recursos en un entorno cambiante.
En términos de gestión, la IA empodera a gerentes y líderes con decisiones basadas en datos. Mediante análisis impulsados por IA, se puede realizar un seguimiento del desempeño de los empleados, identificando fortalezas y debilidades para mejorar continuamente. La IA también analiza comentarios y métricas de compromiso de los empleados, lo que permite identificar áreas de preocupación y tomar medidas específicas para mejorar la moral y la productividad. En el proceso de adquisición de talento, la IA agiliza la selección de candidatos adecuados mediante análisis de currículums y entrevistas iniciales automatizadas.
La IA transforma cómo las empresas operan, planifican y gestionan su fuerza laboral, mejorando la productividad y competitividad. Sin embargo, para una implementación exitosa, es necesario abordar cuidadosamente las implicaciones éticas, asegurar la privacidad de los datos y llevar a cabo una gestión del cambio efectiva para una transición fluida y una aceptación óptima dentro de la fuerza laboral.