Por Óscar Delgado, director de Ventas para LATAM en Myriota
Con gran beneficio para Chile, los satélites van ganando terreno en Latinoamérica, donde las redes de comunicación tradicionales a menudo no logran atender adecuadamente las zonas rurales y remotas. De acuerdo con un informe publicado en 2020 por el IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura), el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y Microsoft, 77 millones de personas en las zonas rurales de Latinoamérica y el Caribe aún no tienen acceso a Internet de calidad. Esta limitación reduce el potencial social, económico y ambiental de estas regiones.
En Chile, la implementación de redes terrestres es un desafío constante debido a su variada geografía. El terreno montañoso y clima extremo de lugares como el Desierto de Atacama y la Patagonia complican desde las actividades agrícolas hasta la gestión ambiental en la zona. Estos desafíos impactan directamente a las industrias que dependen de las comunicaciones para su desarrollo. Para superar estas dificultades, las soluciones de IoT (Internet de las Cosas) aprovechan la tecnología satelital para el monitoreo remoto y la comunicación eficiente, especialmente en áreas sin cobertura terrestre.

Aplicaciones en sectores estratégicos
En Chile, sectores impulsores del crecimiento económico como la minería y las energías renovables enfrentan desafíos logísticos debido a la dificultad de acceso a zonas remotas. La conectividad IoT basada en satélites facilita la automatización y el monitoreo en áreas remotas, mejorando así la eficiencia operativa y la seguridad de sus operaciones.
La agricultura, otro sector esencial para la región, también se beneficia de esta infraestructura de comunicaciones. Los sensores satelitales proporcionan datos sobre las condiciones del suelo, el clima y la salud de los cultivos, lo que permite una mejor toma de decisiones y una mayor productividad. La conectividad optimiza la gestión de las explotaciones agrícolas rurales, especialmente en zonas alejadas que enfrentan desafíos únicos de infraestructura.

Fortaleciendo la respuesta ante desastres
Al igual que muchos países de Latinoamérica, Chile tiene una larga historia de enfrentarse a desastres naturales como incendios forestales, terremotos y una sequía de más de una década. En estas situaciones, las redes satelitales son esenciales para garantizar que incluso cuando la conectividad terrestre se vea interrumpida, la transmisión de datos pueda continuar.
Por ejemplo, los escombros pueden hacer inaccesibles los tanques de agua en zonas remotas. En ese caso, una solución habilitada por satélite puede continuar transmitiendo información sobre la disponibilidad de agua, un dato vital para la supervivencia del ganado.
El rastreo de maquinaria de alto valor utilizada en tareas de limpieza y recuperación puede ayudar durante los esfuerzos de reconstrucción. En sectores como el energético, por ejemplo, los sensores en las líneas eléctricas pueden indicar cuáles se cayeron y necesitan ser reemplazadas, ayudando a priorizar las reparaciones.
Las redes de satélites desempeñan un papel crucial en la prevención y respuesta a fenómenos relacionados con el cambio climático. En las zonas vulnerables, la conectividad por satélite facilita la detección temprana de riesgos, mientras que en regiones remotas, donde las redes terrestres pueden estar dañadas o ser inexistentes, las redes por satélite garantizan que la coordinación ante posibles emergencias sean más eficaces.

IoT y soluciones por satélite para el futuro
Para abordar algunos de los problemas relacionados con la conectividad, el satélite de órbita terrestre baja (LEO) es el más indicado para garantizar redes de comunicación seguras, eficientes y rentables. Por ejemplo, una solución IoT por satélite puede aplicarse a condiciones extremas y remotas con bajo consumo de energía y alta fiabilidad. Esto implica construir soluciones con operadores de satélites de baja potencia para hacerlas escalables y asequibles a diferentes industrias como la agricultura, la minería, el petróleo y el gas.
Una constelación de satélites es lo suficientemente flexible y escalable para poder monitorear de manera remota lugares incluso fuera de la red. Esto es posible gracias a su integración con redes NTN y 5G y el uso de satélites LEO que garantizan una conectividad confiable.
Chile y Latinoamérica tienen una oportunidad única de impulsar el progreso tecnológico y el crecimiento de su economía si concentran sus esfuerzos en la innovación y la adopción de tecnologías 5G. A pesar de que la infraestructura y el costo aún son retos importantes, la aplicación de este tipo de soluciones será clave para allanar el camino hacia un futuro más conectado.
