Por Wellington Rodrigues, director general de Thales para Cono Sur.
¿Se imaginan un mundo sin conectividad? Seguramente, la respuesta sea no, y con un buen motivo. Hoy en día, todos y todo está conectado. IoT, el internet de las cosas, hace que no solo nuestros dispositivos móviles sino también los autos, los electrodomésticos y cada uno de los objetos que utilizamos tenga conectividad. Esto nos permite interactuar, trabajar, estudiar, comprar, entre muchísimas otras cosas.
Lo interesante es reflexionar que no solamente las personas nos estamos conectando cada vez más entre sí, sino que también las cosas están insertándose en la gran telaraña que es internet. Con este aumento exponencial de la conectividad se impone que las compañías trabajen arduamente en la protección y seguridad de todos los datos que fluyen en este entramado. Se trata de ofrecer soluciones innovadoras que garanticen un entorno digital seguro y resistente para miles de millones de personas y dispositivos a lo largo y ancho del planeta.
A medida que la industria móvil adopta el 5G y camina ya en algunas partes del mundo a 6G, es necesario garantizar que la seguridad de las telecomunicaciones no se vea comprometida en la búsqueda de la conectividad adoptando soluciones seguras, en un mundo cambiante y expuesto a ataques informáticos.
Thales es pionera en criptografía post cuántica y estamos conscientes de los retos futuros que en materia de ciberseguridad se presentan para cuidar de los datos, creando algoritmos criptográficos que sean resistentes al ciberdelito y que no vulneren la información transmitida. Proteger los datos es nuestra prioridad y crear soluciones cada vez más sofisticadas y seguras, nuestro primer objetivo.
El aumento de la conectividad inalámbrica 5G ultrarrápida brinda velocidades de datos casi 100 veces más ágiles que el 4G, con un ancho de banda 5 veces mayor y la mitad de latencia. Esta asombrosa velocidad permite la conexión entre miles de millones de nuevas máquinas y dispositivos, lo que hace que los datos se muevan fácilmente entre ellos y esto resulta en increíbles oportunidades, pero también en un desafío inmenso para la seguridad de este flujo de conexiones.
Asimismo, la conectividad generalizada posibilita que los consumidores tengan una experiencia personalizada que viaja con ellos, y que satisface sus necesidades, ya que agiliza las actividades de la vida diaria y hace del mundo un lugar más seguro y agradable para vivir. Mientras que esta conectividad sea omnipresente, el futuro radica en proteger ese flujo de datos y las identidades de quienes los mueven.
Es clave que, una gestión eficaz de la conectividad y soluciones complejas de ciberseguridad garantice la protección del cambiante panorama de la conectividad móvil y del IoT.
Está claro que el potencial de las nuevas tecnologías de la conectividad es muy alto y traerá innumerables beneficios a toda la sociedad. Por dicho motivo, desde Thales, seguiremos trabajando de manera consistente para desarrollar al máximo soluciones que protejan la vida de todas las personas del planeta, sus datos y sus identidades desde el fondo del océano hasta la profundidad del espacio y ciberespacio para ayudar a construir un futuro más seguro, más verde y más inclusivo.