Por Patricio Valdivia, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Universidad Técnica Federico Santa María.
Hay que celebrar el día mundial de la energía con una muy importante noticia para Chile: la obtención de la máxima distinción como país del índice de competitividad global de inversión en energías renovables del World Economic Forum. Una forma en la que Chile consolida su liderazgo internacional en temas de energías renovables no convencionales (ERNC) y todo el esfuerzo, dedicación y trabajo coordinado entre el sector productivo, los entes reguladores y la academia. Sin embargo, para entender este magno reconocimiento internacional debemos revisar la historia de chile en los últimos años en esta materia.
Chile inició su camino hacia la diversificación de la matriz energética y la incorporación de las ERNC el año 2004, durante el gobierno de Ricardo Lagos, como reacción al corte de suministro de gas natural desde Argentina y la promulgación de la Ley 19.940, conocida como la «corta 1», que introduce el concepto de «medios de generación no convencionales». Posteriormente, con la «ley corta 2» (Ley 20.018) en 2005, se establece la obligatoriedad o target regulatorio, con el que los contratos de suministros de las empresas distribuidoras deben contener al menos un 5% de suministro energético desde estas fuentes no convencionales (eólico, solar, biomasa, geotermia, etc.). Con estos incentivos se logra instalar en 2008 el primer parque eólico en el sistema interconectado central de Chile: el Parque Eólico Canela (9 MW) de Endesa Eco (ahora ENEL).
En 2008, durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, se publica la primera ley de ERNC en Chile, la Ley 20.257, la que establece la obligatoriedad a las empresas generadoras de que al menos un 5% de su generación debe provenir de ERNC (porcentaje que se duplicó al 2024). El éxito fue tan rotundo e importante que en 2013, durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, se publicó la Ley 20.698, conocida como «ley 20-25», que establece una obligatoriedad del 20% de componentes ERNC hacia el año 2025.
Gracias a estos actos regulatorios, y como una de las noticias relevantes del año 2023, se logra por primera vez que la participación anual de generación eléctrica de las centrales ERNC (36,6%) iguale el nivel de participación de la generación térmica (37,3% según la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento, ACERA), dando cuenta del gran impacto que ha tenido para el país su incorporación a la matriz energética.
Por otro lado, en Chile se ha sumado en los últimos años el interés por desarrollar productivamente la industria del vector energético: hidrogeno verde. Gracias a los aportes de la academia y al Ministerio de Energía, se ha logrado avanzar durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera en definir los cuerpos regulatorios necesarios para la producción y uso del hidrógeno verde en Chile. Esto sumado a las iniciativas lanzadas desde la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) para incentivar la demanda de hidrógeno verde en minería y la producción industrial del energético mediante la entrega de importantes subsidios para su desarrollo.
Como resultado de estas iniciativas se ha avanzado en proyectos industriales de generación de hidrógeno verde en las regiones de Antofagasta, Magallanes y Valparaíso, con potencial puesta en servicio entre 2025 y 2028. También, desde la academia se ha podido avanzar en el desarrollo de la primera camioneta eléctrica en base a hidrógeno verde (proyecto elaborado desde la Universidad Técnica Federico Santa María en 2023), y el desarrollo de convertidores DC-DC para producción de hidrógeno verde.
Otro actor relevante dentro del desarrollo de las ERNC en Chile en los últimos años es el litio, que a pesar de tratarse de un mineral no metálico, es utilizado para la construcción de baterías que forman parte de los vehículos eléctricos y también para los sistemas de almacenamiento energético (BESS de las centrales ERNC). Estos sistemas cumplen el rol de ampliar la autonomía de las centrales de ERNC, mejorar su variabilidad e intermitencia y mejorar la estabilidad y regulación de frecuencia del sistema eléctrico. Acá, el estado ha tenido un rol relevante por primeramente ampliar las cuotas de extracción del litio mediante la modificación de los contratos de Sociedad Química y Minera de Chile, y Albermale con Corfo, durante la vicepresidencia de Eduardo Bitran, a cambio de realizar importantes aportes en I+D en Chile.
Todos estos hechos han tenido como común denominador el trabajo coordinado entre el sector público, sector industrial y la academia.
Columna publicada originalmente en el sitio web de la Universidad.