Por Cyntia Soto, gerenta de Sostenibilidad de ClaroVTR
La explosión de la tecnología es indiscutible. Es quizás uno de los mayores consensos a nivel mundial. Un informe de la Unesco lo grafica así: en 2012 no había ningún estudiante matriculado en cursos en línea masivos y abiertos. Casi una década después, cerca de 220 millones de personas estaban inscritas.
Lo que hoy estamos viviendo es cómo abordamos el impacto de la masiva digitalización, con su multiplicidad de contradicciones. Por ello es relevante contar con información y data suficiente para observar esta nueva realidad, efectuar los análisis que corresponda y tomar decisiones que vayan en beneficio de las personas.
Hace unos días en ClaroVTR presentamos la séptima versión de la Radiografía Digital de Niños, Niñas y Adolescentes, que por primera vez incorporó encuestas a 1.000 padres a lo largo del país. Varios de sus datos llamaron la atención de profesionales de las ciencias, la tecnología y la educación, así como de los medios de comunicación.
Despertó el interés, por ejemplo, que un 66% de padres y madres consideran que ellos —los adultos— pasan demasiado tiempo conectados a Internet. A su juicio, el primer acercamiento a la tecnología de sus hijos debiera ser alrededor de los 10 años, pero la mayoría de los niños recibe un dispositivo entre los 8 o 9. Y respecto a límites y horarios, solo el 51% de jóvenes entre 13 y 17 años indican que en sus hogares existen reglas asociadas a la conexión a Internet.
Gracias a este estudio, podemos observar también como la mayoría de los adolescentes se siente bien informado respecto a la Inteligencia Artificial. De hecho, un 45% indica que las utiliza tanto para materias de aprendizaje como de entretenimiento. Hacer consultas, tareas, aprender idiomas o usarlos en videojuegos de simulación, es parte de su mundo cotidiano. Sin embargo, un 58% de los padres considera que la IA es más perjudicial que beneficiosa para sus hijos.
Si bien estos son solo algunos de los datos que recabamos, tras varios años realizando el estudio, nos entregan luces de cómo nos estamos relacionando con la tecnología: dónde y cuáles son las contradicciones de lo que decimos y hacemos; cuáles siguen siendo las brechas digitales; qué observar al momento de revisar riesgos en Internet y seguridad cibernética. De tal forma, que nos permitan avanzar hacia hábitos digitales cada vez más sanos.
Somos conscientes que abordar el impacto de la tecnología en niños, niñas y adolescentes es un desafío complejo. Pero estamos también convencidos que avanzar hacia un equilibrio, se logra cuando se abordan con información de calidad, las contradicciones y brechas que aún persisten.
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