Por Gilbert Leiva - CEO I-ED y Presidente de la Mesa de Capital Humano de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información (ACTI A.G.).
Chile ha avanzado significativamente en la creación de un entorno favorable para el desarrollo digital. De acuerdo con datos de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, el 66% de los hogares en el país dispone de una conexión de red fija y existen más de 4 millones de conexiones 5G en funcionamiento.
De hecho, según Speedtest Intelligence, Chile obtuvo el tercer lugar, a nivel mundial en velocidad de internet, con un promedio de 240.4 Mbps, superado únicamente por ciudades-estado como Singapur y Hong Kong.
Además, existen iniciativas como el Cable de Humboldt, que fortalecerán aún más las infraestructuras existentes. Este cordón submarino de más de 14.800 km conectará a Sudamérica con Asia-Pacífico, ampliando significativamente la capacidad de transmisión de datos y reduciendo la latencia, para una mejor calidad en las conexiones. Lo que significa una nueva puerta para inversionistas extranjeros.
A pesar de estos logros, el país aún no ha logrado consolidarse como un hub tecnológico global. La principal barrera es un déficit de profesionales capacitados en tecnologías de la información (TI). Según datos del estudio Talento TI - Competitividad STEM de PageGroup, el 31% de las vacantes de empleo de la industria en Chile no pueden ser cubiertas. Entonces, ¿cómo podemos transformar las ventajas competitivas del país en un motor de crecimiento tecnológico si no se cuenta con el capital humano adecuado para aprovecharlo?
Una solución efectiva es intensificar los esfuerzos en capacitación. Los programas de formación en línea ofrecen una manera rápida y de bajo costo para que los profesionales adquieran las habilidades necesarias, adaptándose a las demandas actuales del mercado. Además, al ser accesibles desde cualquier lugar, estos programas facilitan la capacitación de miles de personas a lo largo del país.
Por otro lado, la colaboración público-privada es un pilar fundamental para superar este déficit. Proyectos como Talento Digital, que unen a entes gubernamentales y a gremios como la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información (ACTI A.G.), son ejemplos de cómo se pueden otorgar becas y oportunidades de formación en áreas claves como inteligencia artificial, ciberseguridad y análisis de datos.
Estas iniciativas son fundamentales para cerrar la brecha de talento y posicionar a Chile como un HUB Digital. Es momento de actuar y asegurar que el país no sólo tenga la infraestructura adecuada, sino también el talento necesario para liderar en la economía digital del futuro.