El uso de inteligencia artificial en el entorno laboral sigue en expansión, pero también crecen los riesgos asociados a su mal uso. Según un informe de Menlo Security, las ciberestafas asociadas a la IA aumentaron un 140% en 2024 y se espera que esta cifra continúe en ascenso durante 2025. Los canales más usados por los estafadores incluyen sitios web maliciosos, archivos PDF infectados y URLs falsas, cada vez más sofisticadas y difíciles de detectar.
Uno de los mayores desafíos para las empresas es la manipulación de contenido con IA para fraudes y suplantaciones. Los ciberdelincuentes están utilizando tecnologías como la clonación de voz y la generación de videos falsos para engañar a empleados y obtener acceso a recursos confidenciales o financieros. Casos donde apenas unos segundos de audio son suficientes para replicar la voz de un ejecutivo y hacer solicitudes falsas ya han sido documentados.
En respuesta a este panorama, WeWork entrega una serie de recomendaciones clave para proteger a las organizaciones:
- Verificar solicitudes por múltiples canales: Confirmar personalmente las solicitudes sensibles, como transferencias de dinero, a través de canales distintos al correo electrónico.
- Implementar protocolos de seguridad rigurosos: Establecer procesos internos con múltiples niveles de aprobación y autenticación multifactor para transacciones e intercambio de información confidencial.
- Capacitar continuamente a los empleados: Sensibilizar al equipo sobre nuevas tácticas de fraude impulsadas por IA, como el phishing con voz clonada o correos electrónicos altamente personalizados.
- Adoptar herramientas de detección de fraudes: Usar tecnologías como análisis de comportamiento o autenticación biométrica para identificar y bloquear accesos anómalos en tiempo real.
- Actualizar constantemente los sistemas de seguridad: Garantizar que todos los sistemas estén protegidos con las últimas versiones y parches de seguridad, previniendo vulnerabilidades explotables por los atacantes.
La IA ofrece múltiples ventajas para las empresas, pero su implementación segura requiere conciencia, educación y una estrategia robusta de ciberseguridad. Con buenas prácticas, las compañías pueden beneficiarse de esta tecnología sin exponer su información ni la de sus colaboradores a ciberamenazas emergentes.