La digitalización en el sector público está transformando la salud y la atención de los pacientes en todo el país. Si nos remontamos 10 años atrás, el panorama era totalmente diferente y el principal obstáculo para mejorar la atención de salud se concentraba en la ausencia de normativas que incentivaran y promovieran su implementación.
Actualmente, y gracias a los esfuerzos que se han realizado tanto del mundo público como privado, gran parte de las barreras se han sobrepasado, y Chile se encuentra muy bien posicionado a nivel mundial en salud digital. De esta manera no resulta extraño que los centros médicos cuenten con plataformas tecnológicas en sus procesos de atención, desde el agendamiento de citas online, hasta la posibilidad de contar con un sistema unificado para revisar toda la información del paciente.
Desde el punto de vista de la tecnología, resulta fundamental no perder el foco en la integralidad de los datos y la necesidad de contar con plataformas que permitan una visión en 360 grados del paciente, si queremos crecer hacia hospitales o atención digital y entregar un servicio completo a los pacientes.
Una de las mayores pruebas de los avances es que, según cifras del Ministerio de Salud, las consultas de telemedicina y la resolutividad aumentaron en un 48% y 69% respectivamente durante 2023. De esta forma, se puede observar cómo la tecnología ha mejorado la accesibilidad a la atención médica, disminuido los tiempos de espera y permitido diagnósticos más asertivos y expeditos con la información disponible.
A pesar de todos los progresos que se han hecho, aún queda mucho por avanzar. La tecnología está disponible, pero la elección tecnológica debe ir de la mano con la generación de alianzas estratégicas a largo plazo, que tengan una visión a futuro para mantenerse siempre a la vanguardia. Es en este aspecto donde hay que enfocarse en contar con socios que sean capaces de acompañar la transformación con una visión integral y soporte continuo. Tanto los pacientes como los profesionales de la salud dependen de ello.
En esta línea, también resulta fundamental contar con capital humano calificado, ya que en América Latina existe una carencia de perfiles especializados. Es fundamental entender que la salud digital se ha transformado en una especialización, por lo que se deben generar perfiles expertos en gestión de la información médica.
Esta situación ha provocado que, a menudo, los proyectos de salud digital presenten deficiencias, no por falta de intención, sino por la carencia de conocimiento y competencias necesarias para desarrollarlos y llevarlos adelante exitosamente.
En esta línea, las instituciones deben invertir en capacitación continua y en la creación de infraestructura que soporte estas nuevas herramientas. Los beneficios de un sistema que cuente con innovación tecnológica no se verán solo en la eficiencia y reducción de costos, sino también en una mejora significativa en la calidad de vida de los pacientes.
Por lo tanto, la digitalización de la salud pública no es solo el futuro, sino una realidad que Chile ya está experimentando y debe seguir profundizando en los próximos años. Sin embargo, para que sea verdaderamente efectiva, debe implementarse cuidadosamente, teniendo en cuenta tanto los aspectos técnicos como el capital humano. Es crucial que esté orientada al servicio de los pacientes y los profesionales de la salud.