Por Rodrigo Rivera, Country Manager en SNP Group para Chile y México.
En el panorama tecnológico actual, la migración a la nube se ha convertido en una tendencia predominante a nivel global. Empresas de todos los tamaños y sectores están adoptando soluciones en la nube para mejorar la eficiencia operativa, reducir costos y fomentar la innovación.
De acuerdo a Gartner, para este año, se estima que más del 45 % del gasto en TI destinado a la infraestructura de los sistemas, software de infraestructura, software de aplicaciones y la externalización de los procesos empresariales abandone las soluciones tradicionales y se pase a la nube.
Las cifras indican que el mercado de servicios en la nube en América Latina es transversal a todo tipo de industria y tamaño de empresa. La tasa de crecimiento promedio de adopción de soluciones de nube era de 31.2% para finales de 2022, con una tasa de crecimiento compuesta hacia 2025 de 31.9%. Por destacar algunos, el sector público y la industria de distribución y servicios son los de mayor crecimiento esperado hacia 2025 de acuerdo con el estudio IDC Latin America Public & Private Cloud Services Tracker 2021H2. En América Latina, la adopción de la nube está en aumento, con países como Brasil, México y Colombia liderando el camino.
Mito 1: La migración a la nube es costosa y solo accesible para grandes empresas
Realidad: Aunque puede haber costos iniciales asociados con la migración a la nube, a largo plazo, muchas empresas encuentran que los servicios en la nube son más económicos. La nube elimina la necesidad de invertir en hardware costoso y en el mantenimiento de centros de datos. Además, los modelos de pago por uso permiten a las empresas de todos los tamaños acceder a tecnologías avanzadas sin necesidad de grandes inversiones iniciales. Incluso las pequeñas y medianas empresas pueden beneficiarse de la nube, ajustando los servicios según sus necesidades y presupuesto.
Mito 2: La nube no es segura y los datos están en riesgo
Realidad: La seguridad en la nube es una de las principales prioridades para los proveedores de servicios. Empresas líderes en el sector invierten significativamente en seguridad, implementando medidas avanzadas como encriptación de datos, autenticación multifactor y monitoreo continuo. Los proveedores de nube suelen contar con certificaciones y cumplen con estándares internacionales de seguridad, ofreciendo niveles de protección que muchas organizaciones no pueden alcanzar por sí solas. Además, la seguridad en la nube se mejora continuamente a medida que las amenazas evolucionan.
Mito 3: Migrar a la nube causa una interrupción significativa en las operaciones
Realidad: Con la planificación adecuada y la ayuda de expertos en migración, las interrupciones pueden minimizarse. La mayoría de los proveedores de servicios en la nube ofrecen herramientas y recursos para facilitar la transición. Existen estrategias como la migración por fases y la replicación de datos en tiempo real que permiten que las operaciones continúen funcionando mientras se realiza la migración. Además, los equipos de TI pueden realizar pruebas y simulaciones para garantizar una transición suave y sin problemas.
Mito 4: La nube limita el control sobre los datos y las aplicaciones
Realidad: Si bien los datos y aplicaciones se alojan en infraestructuras de terceros, las empresas mantienen el control total sobre su información. Los proveedores de servicios en la nube ofrecen una variedad de herramientas y configuraciones que permiten a las empresas gestionar y monitorizar sus datos y aplicaciones. Además, las soluciones en la nube ofrecen una mayor flexibilidad y escalabilidad, permitiendo a las organizaciones adaptar sus recursos a medida que cambian sus necesidades.
Mito 5: La nube solo es útil para almacenamiento y no para aplicaciones críticas
Realidad: La nube ha evolucionado mucho más allá del simple almacenamiento. Hoy en día, se utiliza para una amplia gama de aplicaciones críticas, desde sistemas ERP hasta inteligencia artificial y análisis de datos. Empresas de sectores altamente regulados, como la banca y la salud, están utilizando la nube para alojar aplicaciones críticas, beneficiándose de su rendimiento, escalabilidad y capacidades de recuperación ante desastres. Los proveedores de servicios en la nube también ofrecen servicios especializados y soporte para garantizar que las aplicaciones críticas funcionen de manera eficiente y segura.