Las empresas en Chile enfrentan un 2025 lleno de oportunidades y desafíos, marcado por avances tecnológicos como la inteligencia artificial autónoma, la computación cuántica y la criptografía postcuántica. Estas innovaciones no solo prometen mejorar la eficiencia y seguridad, sino también demandan adaptaciones significativas en infraestructura, capacitación y estrategias corporativas.
La inteligencia artificial autónoma se posiciona como una herramienta clave para automatizar tareas complejas, permitiendo que las organizaciones optimicen procesos y reduzcan costos.
Luz María García, gerenta general de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información A.G (ACTI A.G.), destacó:
“No podemos mirar las tecnologías emergentes como soluciones aisladas, sino como catalizadores para un cambio más profundo. Chile tiene el potencial de ser líder regional, pero para eso debemos desarrollar una estrategia que priorice la formación de talento, la infraestructura y un marco de gobernanza sólido”.
Por otro lado, la computación cuántica abre posibilidades en la simulación avanzada para desarrollar materiales innovadores, como baterías y compuestos de energías renovables, así como en la optimización de cadenas de suministro. Estas aplicaciones requieren una inversión sostenida en tecnología y la creación de capacidades humanas especializadas.
Con los avances en ciberseguridad, la criptografía postcuántica emerge como una solución crítica para proteger información sensible frente a amenazas futuras. Este enfoque es esencial para garantizar que las empresas cuenten con mecanismos de defensa robustos ante las vulnerabilidades tecnológicas emergentes.
Las pequeñas y medianas empresas también tienen mucho que ganar al adoptar estas tecnologías. Luz María García enfatizó que la inteligencia artificial autónoma no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también democratiza el acceso a herramientas avanzadas que antes eran exclusivas de grandes corporaciones.
Si bien estas innovaciones aún están en etapas tempranas de adopción, ofrecen un camino claro hacia una mayor competitividad. Para aprovechar estas oportunidades, resulta crucial que las organizaciones trabajen en conjunto con el sector público y académico, desarrollando un ecosistema que promueva la transformación digital y el desarrollo sostenible.
¿Cuál debería ser el rol de las pymes chilenas en la adopción de tecnologías emergentes para garantizar su competitividad en el mercado global?