Columna publicada por Pat Gelsinger, CEO de Intel en Stern Stewart.
El ser humano tiene un deseo insaciable de seguir avanzando en el descubrimiento y la innovación. Nuestra capacidad de aprender unos de otros, integrando y construyendo sobre ideas anteriores, hace que nuestro mundo actual sea lo que es: un lugar que antes se consideraba imposible de imaginar.
Cuanto más avanzamos, nosotros necesitamos más tecnología.
La humanidad y la tecnología están ahora interconectadas, lo que refleja el impacto de la informática en la vida moderna. Hasta ahora, la informática ha servido como fuente de información, sitio de productividad y hogar del entretenimiento. Sin embargo, el papel de la informática está experimentando un cambio fundamental que afecta a todos los aspectos de la economía y de nuestra existencia humana. Se está expandiendo hacia una nueva era en la que los sistemas impulsados por la inteligencia artificial (IA) estarán imbuidos de autonomía y agencia, ayudándonos en tareas basadas tanto en el conocimiento como en la física, y se convertirán en parte de nuestro entorno ambiental. Es necesario invertir para avanzar en arquitecturas novedosas, más eficientes, energéticamente y específicas de cada ámbito, como la computación en memoria, computación neuromórfica y computación cuántica.
Todo lo digital se basa en el silicio. En la actualidad, la economía digital representa por sí sola más del 15% del producto interior bruto (PIB) mundial, y en la última década ha crecido dos veces y media más rápido que el PIB del mundo físico.
Todo lo digital se basa en el silicio. En la actualidad, la economía digital representa por sí sola más del 15% del producto interior bruto (PIB) mundial, y en la última década ha crecido dos veces y media más rápido que el PIB del mundo físico.
Bienvenidos a lo que he bautizado como Siliconomy
Antes solía proclamar a grandes rasgos que toda empresa es una empresa tecnológica. Pero en esta nueva era, la tecnología es una referencia estándar para el éxito. Si miramos hacia las décadas venideras, seguiremos viendo una tendencia hacia lo digital para todo: la forma en que trabajamos, aprendemos, nos conectamos, rendimos culto, cuidamos y evolucionamos.
A medida que los semiconductores avanzados permiten nuevos niveles de logro humano, la necesidad mundial de computación aumenta exponencialmente en una proporción inversa al tamaño, el coste y la potencia. Es la Ley de Moore en pocas palabras. (La Ley de Moore es la observación de que el número de transistores de los semiconductores se duplica cada dos años).
La tecnología es una herramienta al servicio de nuestros retos o deseos actuales: productividad, eficacia o facilidad. En los albores de la era de la información, las empresas, el mundo académico y los gobiernos trabajaron juntos, basándose en los descubrimientos mutuos de la informática personal, Internet y las redes que nos permitieron convertirnos en una sociedad global y lanzar nuestro mundo a la actualidad. Debemos volver a trabajar juntos para dar forma a nuestro futuro tecnológico mientras los avances se encuentran en su fase inicial de desarrollo, uniéndonos para crear nuevas posibilidades que saquen lo mejor de nosotros mismos.
Debemos abrazar la democratización del diseño, permitiendo una rápida innovación construida a partir de bloques de construcción heterogéneos sobre interfaces estandarizadas. La diversidad de un ecosistema abierto se presta a la resistencia en tiempos difíciles: no es perfecto, pero es mucho mejor para encontrar el equilibrio entre las perturbaciones. A medida que aumenta la adopción, aparecen nuevas ideas que impulsan la adopción y la innovación. Pero también debemos asegurarnos de que la tecnología avanza de forma responsable. Y eso viene tanto del desarrollo como de la aplicación. Por ejemplo, la IA ya está realizando tareas humanas que solían ser difíciles de lograr con la informática tradicional. Las máquinas pronto tomarán más decisiones que los humanos. Debemos asegurarnos de que el diseño incorpora la supervisión y la alineación humanas.
Los superpoderes tecnológicos impulsan la creación de la Siliconomy
Nuestro afán por innovar y mejorar ha creado la siliconomy cada uno de nosotros forma parte de ella: todos participamos en una economía en evolución propiciada por la magia del silicio.
A menudo he hablado de las cinco superpotencias tecnológicas que dan forma al mundo y, por tanto, impulsan la creación de la siliconomy:
- Computación: Todo es un ordenador y la informática define ahora nuestra experiencia del mundo.
- Conectividad: Todo y todos estamos conectados.
- Infraestructura: Estamos generando una ruta dinámica y fiable para el almacenamiento de datos y la computación conectada, combinando una escala ilimitada con un alcance ilimitado, al tiempo que abordamos la necesidad de una menor latencia y un mayor ancho de banda.
- Detección: Los grandes avances en sensores de bajo coste y alta resolución, que generan cantidades ingentes de datos procedentes de dispositivos inteligentes en los extremos, junto con los avances en automatización, procesamiento, inferencia y software, dotan a las máquinas de capacidades centradas en el ser humano. Nuestras debilidades se convierten en fortalezas digitales mejoradas.
- IA: Con inteligencia en todas partes, la inteligencia artificial convierte datos infinitos en información procesable. Los datos y la computación permiten un mayor refinamiento de los algoritmos de IA para predecir y crear.
"Durante el último medio siglo, la ubicación de las reservas de petróleo ha definido la geopolítica. La ubicación de las cadenas de suministro de tecnología y dónde se construyen los semiconductores será más importante en las próximas cinco décadas".
Estas tecnologías fundacionales configuran profundamente nuestra experiencia del mundo al producir el puente entre la era analógica y la digital.
Y ahora está surgiendo un sistema económico a través de plataformas de computación de borde a nube altamente distribuidas en las que los semiconductores impulsan tecnologías esenciales en un mundo cada vez más digital. Aunque los actuales vientos económicos en contra plantean retos a escala mundial, la siliconomy demuestra claramente que estos pequeños chips son esenciales para mantener y hacer posible nuestras economías modernas.
Durante el último medio siglo, la ubicación de las reservas de petróleo definió la geopolítica. La ubicación de las cadenas de suministro tecnológico y el lugar donde se fabrican los semiconductores serán más relevantes en las próximas cinco décadas.
Debemos trabajar juntos para hacer frente al próximo aumento de la demanda. Se necesitará una colaboración continua entre los sectores público y privado, así como nuevos modelos de financiación con flexibilidad financiera para mantener una siliconomy próspera, respaldada por un suministro sostenible y muy seguro de potencia de procesamiento de ingeniería excepcional, suministrada por cadenas de suministro resistentes y equilibradas a escala mundial.