En el contexto del Mes de la Ciberseguridad, Leonardo Castiblanco, CISO de ClaroVTR, advirtió que se espera que los ciberataques se multipliquen hasta por 20 veces en los próximos años, impulsados en gran medida por la Inteligencia Artificial.
Francisco Carrasco M.
Adicionalmente, el experto resaltó que la sofisticación de los ataques, incluidos los compromisos de correo electrónico empresarial (BEC) y la suplantación de marca, está en aumento, lo que representa un alto riesgo para empresas y clientes, donde el CISO destaca que:
" [...] la integración de la IA en los ataques cibernéticos está haciendo que estos sean mucho más sofisticados y persistentes. Los ataques ahora se realizan de manera continua y a menudo de forma encubierta, esperando el momento adecuado para infiltrarse".
En este sentido, agregó que la evolución de tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT) y la llegada de redes 5G y 6G amplían el riesgo de ataques, lo que hace aún más crucial robustecer las estrategias de protección y fomentar una regulación adecuada.
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Castiblanco también destacó varias tendencias emergentes en ciberseguridad para 2024, incluyendo la persistencia del ransomware, el aumento del malware dirigido a criptomonedas y el riesgo asociado a la infraestructura en la nube.
"[...] la superficie de ataque se amplía con dispositivos IoT no protegidos y sistemas fuera del control de TI, lo que puede dar lugar a nuevos incidentes de seguridad", afirmó. Asimismo, instó a la colaboración entre todos los actores del ecosistema de telecomunicaciones y ciberseguridad para mitigar estos riesgos, subrayando que "una alianza estratégica es esencial para enfrentar el creciente volumen de ciberataques".
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En este nuevo panorama, Castiblanco se refirió a la Ley Marco de Ciberseguridad, la cual situó a Chile como el primer país de América Latina y el Caribe en tener una normativa de esta magnitud.
“[...] es un gran paso en la materia porque responde a la necesidad de tener una infraestructura capaz de resistir y recuperarse de incidentes cibernéticos para minimizar impactos en los sistemas críticos y garantizar la continuidad operacional en el sector público como en el privado. Representa un avance significativo, ya que con el alto nivel de digitalización en sectores clave como banca y retail, es crucial contar con regulaciones que protejan a clientes y empresas de las amenazas emergentes”.
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