Por Nicolás Salineros, jefe de Comunicaciones vivo Smartphone Chile.
Con uno de los cielos más limpios del mundo, Chile está en primera fila para presenciar las maravillas de la astronomía y generar, desde esa posibilidad, oportunidades de crecimiento y desarrollo para muchas de sus comunidades. Nuestro país es un foco importante para quienes están interesados en todo lo que tiene que ver con el cosmos. Hoy, el avance tecnológico nos ayuda a potenciar una nueva derivada: el “astroturismo”, a través de la cámara de un simple celular, con la que cualquiera se puede acercar y vivir esta experiencia guardando nuevos recuerdos.
El 2 de julio del año 2019 tuvimos la oportunidad de ver un eclipse total de sol en casi todo el país. Esto puso a Chile en el foco de interés mundial y miles de personas viajaron a la zona norte para observar el fenómeno. Gracias a esto, por primera vez se conmemora el Día Nacional del Astroturismo.
Según un estudio realizado por Astroturismo Chile, los turistas que vienen a nuestro país a presenciar las estrellas se triplicarán, no solo por el atractivo, sino por el reforzamiento de infraestructuras, el Gobierno invertirá cerca de US$4.500 millones en nuevos observatorios. Y en un mundo cada vez más digitalizado, los dispositivos móviles son una gran herramienta para potenciar este tipo de turismo en el país.
El desarrollo de la tecnología asociada a los teléfonos y la apertura de cada vez más espacios para este tipo de turismo de contemplación está “democratizando” la posibilidad que nos entregan los cielos nacionales. Sin duda este tipo de tecnologías nos puede ayudar a potenciar el astroturismo en distintas zonas del país, uniendo a distintas comunidades a conocer más esta cultura.
Especialmente en el norte, Chile es un paraíso para la astronomía, con cielos que cuentan con un promedio de al menos 290 noches despejadas al año. Y mientras científicos y entidades de todo el mundo siguen construyendo y ocupando en Chile los mejores telescopios científicos del mundo, como El Paranal, el país debe trabajar para posicionarse también como polo de astroturismo de clase mundial.
Para eso una herramienta debe ser seguir abriendo espacios, mejorando la infraestructura y generando, de manera creativa, asociaciones público-privadas que permitan consolidar oportunidades de desarrollo. El turismo asociado a estas actividades puede ser un instrumento de apoyo y fomento a decenas de comunidades cercanas a zonas de observación, abriendo las posibilidades de crecimiento más allá de la investigación profesional. En esta conexión —astronomía y las personas— la tecnología tiene mucho por aportar.