Por Jaime Dacaret, country manager DHL Express Chile.
En agosto de 2023 la humanidad agotó todos los recursos que el planeta puede producir para el año. Y aunque en comparación al año pasado se retrasó una semana, la urgencia es alarmante. Según la Red Global de la Huella Ecológica (GFN, por sus siglas en inglés), es la consecuencia de que gastamos un 70% más de lo que los ecosistemas de la Tierra pueden regenerar.
Sin embargo, con medidas y acciones concretas se puede avanzar. Según WWF, aumentar las fuentes de electricidad bajas en carbono de 39% a 75% globalmente, se retrasaría el sobregiro en 26 días; y reduciendo a la mitad el desperdicio de alimentos, se retrasaría en 13 días.
Con esta realidad alarmante, la responsabilidad social y el impacto medioambiental de las compañías están adquiriendo una creciente relevancia. Para empresas de transporte y logística, las cuales tienen un impacto innegable en el medio ambiente, es crucial tanto su compromiso a la sostenibilidad, como sus acciones puntuales.
El primer paso para contrarrestar el cambio climático es implementar estrategias de sostenibilidad. A continuación, seis pasos para asegurar una buena ruta:
Establecer la ambición estratégica. Se debe definir el alcance y las dimensiones de la estrategia, ponderando las expectativas con las circunstancias y capacidades reales del negocio. Por ende, revisar y ajustar los objetivos iniciales tiene que ir de la mano con incluir roles, responsabilidades e indicadores clave de desempeño (KPI por sus siglas en inglés) claramente definidos. Una forma de evitar discrepancias e inconsistencias es asignar tanto el presupuesto financiero como el de reducción de carbono a la misma función.
Diagnosticar el camino hacia la neutralidad. El impulso hacia la sostenibilidad se verá impulsado por una sólida verificación de la realidad, incluida la evaluación del progreso hacia los objetivos de cero emisiones netas y el desempeño frente a los pares. Una buena dosis de competencia estimulará tanto la ambición como la creación de valor a medida que se optimizan los costos y se alinea el desempeño comercial en busca de rentabilidad.
Pronosticar grupos de valores relevantes. A medida que se afianzan los compromisos con la sustentabilidad, las preferencias y expectativas cambiantes del mercado, hay que comprender sus curvas de costos y fondos de valor. Esto permite responder con eficacia a la competencia en medio de tendencias disruptivas del mercado. Las nuevas regulaciones, tecnologías y prácticas comerciales pueden reducir la certeza y la previsibilidad, por lo que hay que reevaluar continuamente el desempeño, considerando los riesgos y oportunidades emergentes bajo un nuevo paradigma sostenible.
Aplicar los mejores movimientos estratégicos. La reevaluación y planificación continua dependerá de un análisis riguroso de las opciones estratégicas, los costos, el impacto, la creación de valor y los escenarios potenciales. Además, hay que explorar y tener en cuenta los efectos de los posibles movimientos y respuestas de las partes interesadas y los competidores.
Objetivos e iniciativas concretas. Después de completar los pasos anteriores, existirá una estrategia sólida con prioridades claras de sostenibilidad y rentabilidad. Ahora es el momento de seleccionar objetivos específicos e iniciativas apropiadas para alcanzarlos. Hay que aprovechar KPIs e hitos bien definidos, respaldados por datos y análisis confiables, para garantizar que las partes interesadas entiendan y puedan seguir su progreso. Esto puede convertirse en una narrativa poderosa para todas las partes interesadas dentro y fuera del negocio.
Colaboración, liderazgos y logística. Aprender de los líderes, integrando la sostenibilidad en el núcleo del modelo de negocio, centrándose en el establecimiento de objetivos, la propiedad y la comunicación. Además, la logística es esencial para cumplir con los objetivos de cero emisiones netas y permitir un modelo comercial circular, aprovechando las alianzas estratégicas para impulsar los estándares y catapultar la innovación mediante iniciativas de alto impacto.
Cada vez son más los indicadores que informan que el planeta vive años críticos. No obstante, aún es posible seguir peleando con acciones y medidas concretas. Hay que seguir explorando y transformando los negocios, haciéndolos más ecológicos, mientras impulsamos nuevas oportunidades y modelos comerciales en torno a soluciones sustentables.