Por Alfredo Morate, Gerente general de Schindler.
En junio de cada año se recuerda la profesión de técnico en ascensores, un trabajo que implica no sólo conocimientos tecnológicos, sino también una mayor consciencia sobre cómo el transporte vertical es parte del día a día de nuestras vidas.
Hoy quienes nos trasladamos en ascensores nos hemos transformado en personas cada vez más atentas a los nuevos avances en este tipo de transportes. Somos individuos que buscamos experiencias interactivas, a la vez que los elevadores son una extensión del mundo laboral en donde nos movemos. Buscamos sofisticación, pero también comodidad, seguridad y, sobre todo, el bien más escaso del mundo moderno: tiempo. Los elevadores continúan siendo espacios importantes para interactuar con otras personas. De por sí, es un lugar de socialización, lógicamente en una temporalidad bastante acotada, pero que al final nos permite estrechar vínculos, asociar caras y nombres, y también, en ocasiones, nos abstraemos de las preocupaciones diarias.
Según el Estudio de Satisfacción de la Dirección de Transporte Público Metropolitano (DTPM), cada persona pasa en los elevadores más de 15 horas al año, por lo que queremos en esos momentos recibir algo de información, aprovechar el momento, ya sea para ordenar ideas o bien para acceder a algún tipo de data que podría impactar en mi calidad de vida. Es así como, en el mundo del transporte vertical, hoy nos encontramos con pantallas interactivas ultramodernas que en países como Suiza, Italia y Emiratos Árabes están proporcionando noticias, información sobre el clima, una canción que me puede predisponer a tener un mejor ánimo o también el acceso a información de los lugares de trabajo que coexisten en un edificio.
Muchos expertos en psicología señalan que la experiencia de viaje es clave para el desarrollo del ser humano. A la acción de viajar se le considera una terapia efectiva, a la vez que las personas suelen aprender cosas nuevas y de manera constante. También influye en el proceso de resolución de problemas. Es cierto que un viaje en un ascensor corresponde a un momento mucho más breve, de un par de minutos, pero sin duda representa un viaje para llegar a un punto de interés. Por ello, nuevas tecnologías como las pantallas de realidad aumentada, los procesos de seguridad y la personalización de gustos, por ejemplo, de un pasajero determinado, también obedece a los mismos principios que se producen en un viaje en avión. Finalmente, cuando nos trasladamos en un elevador queremos evitar la sensación de estar perdiendo tiempo.
Hoy las ciudades del futuro están incorporando nuevos espacios y ámbitos para el desarrollo integral de las personas. En dicha línea, los elevadores son parte de este cambio liderados por los técnicos, o también conocidos como mantenedores en ascensores. Ahora bien, cuando vean a una de estas personas no sólo piensen en alguien que está resolviendo un tema tecnológico, sino también en que son talentos que representan todo un ámbito que es clave para el desarrollo de las ciudades. Estas personas están pensando cómo transformar una experiencia algo banal en otra absolutamente extraordinaria. Así es como se crea el mundo moderno, sintiéndolo y experimentándolo. Sin duda, los elevadores, el transporte vertical, es parte de éste.