La irrupción de la inteligencia artificial generativa (GenAI) está transformando rápidamente el panorama laboral a nivel mundial, y Chile no es la excepción.
Un informe reciente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Mundial (BM) señala que entre un 26% y un 38% de los empleos en Latinoamérica y el Caribe podrían verse afectados por esta tecnología, aunque es más probable que la GenAI aumente y transforme los puestos de trabajo en la región en lugar de automatizarlos completamente.
A pesar de la magnitud de estas cifras, el estudio destaca un aspecto positivo: la IA generativa podría mejorar la productividad de un número significativo de empleos. Entre un 8% y un 14% de los trabajos podrían experimentar un incremento en la productividad sin necesidad de ser completamente automatizados. Este dato resalta la oportunidad que representa la tecnología, siempre y cuando estemos preparados para aprovecharla. En Chile, se estima que el 37% de los empleos, equivalentes a 3,3 millones, podrían verse impactados.
Paola Etchevers, Especialista en Proyectos de Innovación Tecnológica de Santillana Compartir Chile, subraya la importancia de adaptar los currículos educativos para preparar a las nuevas generaciones para los desafíos tecnológicos, permitiéndoles aprovechar las oportunidades que ofrece la IA.
“[...] la adopción y adaptación temprana de cambios en los currículos educativos no solo preparará a las nuevas generaciones para los desafíos que la tecnología impone, sino que también les permitirá aprovechar las oportunidades que esta ofrece”.
Hacia una cultura de aprendizaje continuo
Para enfrentar este desafío, las instituciones educativas deben reformular sus programas, incorporando habilidades y competencias esenciales en un entorno laboral en constante cambio, como la programación, el pensamiento crítico, la creatividad y la adaptabilidad. Además, es fundamental fomentar una cultura de aprendizaje continuo, donde los estudiantes no solo adquieran conocimientos, sino que también desarrollen la capacidad de adaptarse a nuevas tecnologías a lo largo de sus vidas.
Sin embargo, el informe también advierte sobre las brechas en la infraestructura digital y otras desigualdades que podrían limitar los beneficios de la GenAI en la región.
Para Etchevers, es crucial que estos procesos de adaptación se conviertan en una política nacional, donde la educación se vea como un proceso integral que permita a los estudiantes ser protagonistas del cambio. Incluir conocimientos sobre IA desde una edad temprana empoderaría a los estudiantes para adaptarse y moldear las nuevas realidades:
“[…] la educación no se vea solo como una herramienta para preparar a los jóvenes para el futuro, sino como un proceso de formación integral que les permita ser protagonistas del cambio. Al incluir desde temprana edad conocimientos sobre IA y su impacto en el mundo, se empodera a los estudiantes para que no solo se adapten a las nuevas realidades, sino que también las moldeen”.
Finalmente, las políticas educativas deben actualizarse y alinearse con las demandas futuras, asegurando que las escuelas y universidades estén a la vanguardia y que sus egresados estén equipados con las herramientas necesarias para triunfar en un mundo cada vez más digitalizado. Apostar por una educación que fomente la adaptabilidad, el aprendizaje continuo y el dominio de nuevas tecnologías garantizará un futuro en el que la IA sea un aliado en el camino hacia el progreso.